La historia es capaz de contarnos el desarrollo de la vida y nos muestra el avance que se ha dado a lo largo de los tiempos. Esta ha sido capaz de encumbrar a muchos talentos y regalarnos grandes hitos que, a pesar del paso del tiempo, se conservan en una vida sobre la palabra, icono o leyenda. Los actores y las marcas siempre han estado asociados y a los que hoy consideramos influencias, no han creado ninguna novedad, ya que ese concepto viene de largo. Las estrellas de Hollywood de la época de oro eran capaces de encumbrar una marca y llevarla a otro nivel, pudiendo duplicar su precio. Uno de ellos era Paul Newman, una figura del cine que se convirtió en coleccionista y cuyas posesiones han sido subastadas por grandes cantidades. ¿La última? Una subasta llevada a cabo por la casa Sotheby’s, que subasta dos míticos Rolex, unidos a la vida en común que llevó junto a su gran amada, Joanne Woodward.
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Su vida en común no fue corta, ya que estuvieron casados 50 años, hasta el fallecimiento del mito del cine en 2008. Todos sabemos que Hollywood no da buena suerte a las parejas, puesto que sus matrimonios son poco duraderos y el ‘Star System’ rompe este vínculo, pero la unión entre ambos, fue más fuerte que los agentes externos que les rodeaban.
La actriz, que el pasado 27 de febrero cumplió 93 años, fue bendecida por tres hijas y, con el paso de los años, la familia fue guardando una enorme cantidad de recuerdos y objetos personales de aquella relación. Algunos de ellos han salido a la venta y la filial de Sotheby’s en New York es la encargada de gestionar su venta.
Dos de los objetos que salen a subasta han despertado gran interés. Se trata de dos relojes a los que Paul Newman guardaba especial cariño. Dos icónicas piezas fabricadas por la casa suiza de relojería de alta gama Rolex, que podrían alcanzar cifras millonarias al cierre de la subasta. De hecho, desde Sotheby’s estiman que cada uno de ellos podría alcanzar el millón de dólares.
Sobre estos dos preciados objetos, vemos que el primero de ellos es el Rolex Zenith Daytona, el cual fue un obsequio por parte de la marca tras ganar, de la mano de su equipo, las míticas 24 Horas de Daytona en 1995. Rolex, que es patrocinador de esta carrera desde 1991, se lo entregó con la inscripción ‘Rolex at Daytona 24 Paul Newman Rolex Motorsports Man of the Year 1995’ que aún conserva intacta. Su carga emocional es bastante grande, ya que Newman se sentía muy orgulloso de ese título, al ser el primer piloto en vencer una prueba automovilística de este calibre a la edad de 70 años. Hazaña que aún sigue en sus manos, puesto que nadie ha sido capaz de superarla.
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No es la primera vez que este modelo sale a subasta, es más, es su segundo paso por la misma. El propio Paul Newman lo puso en venta en febrero de 1999 en una subasta benéfica. Consiguió por él unos 39.000 dólares y muchos pensaron entonces que no volvería a lucirlo en su muñeca. Sin embargo, años después, volvió a estar en la muñeca del actor. Esto fue un gran enigma para muchos y la pregunta era ¿cómo pudo pasar? El tiempo resolvió el misterio al revelarse que era una práctica habitual en el actor, cuya faceta solidaria era bien conocida. Era bastante habitual que el actor usara objetos personales, con motivo de reclamo en subastas benéficas. El misterio se solucionó cuando se supo que él mismo donaba el dinero a través de amigos o familiares, los cuales pujaban por los objetos, devolviéndoselos posteriormente.
El segundo Rolex que se presenta en la subasta es una máquina con mucha historia detrás. La aportación sentimental de este segundo es grande, ya que fue un regalo personal de su esposa Joanne Woodward, con una inscripción relacionada con una de sus pasiones, la conducción. En el fondo de la caja, se puede leer la frase “Drive Very Slowly” junto a la firma de su esposa Joanne. Se trata de un cronógrafo automático cuya caja está elaborada con oro blanco de 18 quilates. Es el único reloj que el actor tuvo en propiedad con este material.
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Aunque estos sean los dos modelos que salgan a subasta, no es el único que se ha puesto a disposición de subasta. Un Rolex Oyster Cosmograph Daytona, lidera el listado de los relojes más caros vendidos en una subasta. Su esposa se lo regaló en 1969 durante la grabación de la película Winning. El actor lo llevó durante muchas de las carreras en las que participó, como aficionado, antes de retirarse. Fue vendido por algo más de 20 millones de euros y se convirtió en el reloj más caro jamás vendido en una subasta.