La cara no es el espejo del alma, más bien es el reflejo del cuidado y el mimo que le dedicamos. Los dermatólogos insisten en que una piel sana y bonita depende de la rutina facial diaria, pues es la que ayudará a mejorarla o a mantenerla. Lo más importantes es limpiarla y tratarla sin alterarla y sin resecarla, y para ello hay que seguir un orden en los productos que, a veces, no es igual para todas las personas. Todo depende de las necesidades de cada piel, ya sea normal, sensible, grasa o seca, y de los objetivos que se quieran conseguir.
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Teniendo en cuenta que el baño debe ser tu templo de placer, ni hace falta una rutina de 10 pasos para mantener la piel bonita y saludable, ni tampoco es mejor un ayuno cosmético. Los dermatólogos coinciden en que hay tres pasos básicos: limpieza, hidratación y protección solar. Después, se aplican las variaciones según las necesidades de cada piel y las preferencias de cada uno pues, como dice la Dra. Cristina Eguren, «hay gente que disfrutar de aplicar más pasos y productos en su rutina, y hay otros que prefieren rutinas sencillas, pues de lo contrario no las cumplirían bien».
Limpieza
La marca Foreo insiste en que una buena limpieza es la base de una piel bonita. «Un buen limpiador te permite eliminar de la piel toda la suciedad sin dañarla».
Un desmaquillante es perfecto para limpiar la piel en la rutina facial, pero no como paso único, la dermatóloga Eguren explica que «hay que terminar con un gel limpiador».
Espuma limpiadora Erno Laszlo (60 €), disuelve las impurezas sin irritaciones, actúa tanto como limpiadora como desmaquillante.
Calmar la piel
Tras la limpieza, puede que la piel quede enrojecida o sensible. Para calmarla y eliminar la sensación de tirantez se puede utilizar agua termal o un tónico que refresca la piel devuelve su PH natural.
Hidratar la piel
Sérum y una crema hidratante son esenciales para equilibrar la piel. Y en la rutina de mañana, además, hay que añadir protección solar +50. «Por la mañana aconsejo usar un antioxidante y fotoprotector; y por la noche emplear un producto con algún ingrediente transformador: retinoide o alfa hidroxiácidos», detalla la dermatóloga Eguren.
Orden en la rutina según el tipo de piel
- Piel normal
Este tipo de piel es suave y de aspecto uniforme, pero le afectan las agresiones externas. Foreo recomienda utilizar productos con vitamina A,E, C y factor de crecimiento (EGF) para estimular la producción de colágeno.
El orden de la rutina recomendada es: Limpieza, tónico, sérum, contorno de ojos, hidratante, protección solar y, semanalmente, usar un exfoliante y mascarilla.
Sérum Endocare, de Cantabria Labs (50 €), con retinol para prevenir la aparición de arrugas y tratar las que ya estén.
- Piel sensible
La piel se irrita con facilidad y reacciona ante los agentes externos, el estrés… En esta categoría entra la rosácea. La vitamina B3 es muy recomendable para este tipo de piel en la rutina facial.
Limpia primero las zonas más sensibles, como los labios y contorno de ojos. Los expertos recomiendan aplicar un agua micelar y frotar lo menos posible.
Tras la limpieza, continúa con una bruma de agua termal calmante. Después usa un contorno de ojos específico y un labial, y termina con una hidratante y protección solar.
Aceite intenso multiusos facial, de Delvove (80 €). Imprescindible para las zonas más frágiles del rostro.
- Piel grasa
El objetivo es regular el exceso de sebo, por ello se aconseja hacer una doble limpieza facial. Como su nombre indicas, se trata de limpiar la piel dos veces con dos productos diferente: uno de base oleosa y otro de base acuosa.
Dúo de limpieza facial de Babor (50 €), uno a base de aceites y el otro de agua.
El siguiente paso es la exfolicación. Una limpieza más profunda que la anterior y que se centra en descongestionar poros y eliminar células muertas. Después, vienen los pasos habituales: tónico, sérum, hidratante y protección solar.
Exfoliante facial, de Omorovicza (82 €) para afinar la textura de la piel e iluminar el rostro.
- Piel seca
Lo más importante es evitar jabones o geles limpiadores que sean astringentes. Apuesta por geles cremosos y, después, usa un exfoliante suave pues, aunque no lo creas, este tipo de pieles lo necesitan tanto como las grasas. Acumulan muchas células muertas que no dejan absorber correctamente los productos.
Después, vienen los pasos de siempre: tónico, contorno de ojos (importante en este tipo de pieles), sérum, hidratante y protección solar.
Tratamiento en bruma de alta protección solar (53 €), de Institut Esthederm. Indispensable para la rutina facial. Ayuda a atenuar la sensibilidad de la piel al sol y favorece su adaptación progresiva. Además, potencia la hidratación y promueve la producción de colágeno.
