Nos encanta saber lo que tienen las influencers en sus armarios y soñar muchas veces con su ropa y bolsos. Lo que vemos en la superficie es un libro que juzgamos por la portada y no sabemos la historia que hay detrás. En conexión Miami-Madrid, hablamos con Marta Ojeda, una de las creadoras de contenido más populares del momento y la influencer por excelencia de Hermès.
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Su contenido es variado, sincero y habla sin tapujos, aunque el principal contenido de la influencer se centra en su expertise de años con la casa Hermès y la exclusividad que ha desarrollado en los últimos años. Antes de meternos a analizar el juego de la firma francesa, nos interesa conocer un poco a Marta. Nacida en las Islas Canarias, se mudó a Madrid a los 5 años por motivos laborales de su padre y, posteriormente, a Miami por el mismo motivo.
Marta tenía 13 años y fue una época complicada, pero las personas se curten con las experiencias y el high school fue un aprendizaje grande para ella. «Yo venía de un colegio bilingüe, pero yo sabía inglés británico, el cual tiene diferencias con el americano. Tenía compañeras de Latinoamérica y yo intentaba hablar con ellas en castellano para integrarme pero, aun así, me pedían que las hablara en inglés», nos cuenta Ojeda. «Para mí fue un shock, porque se consideraban americanas, tuve que adaptarme como pude y, al final, de todo se sale».
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Posterior a ello, Marta estudió la carrera de Psicología, con especialización en terapia de pareja. Al terminar, sus padres deciden volver a España y ella les sigue, con las ganas de desarrollar aquí su carrera, pero no pudo convalidar el título. Decidió probar en el mundo de la comunicación de moda, pero no era lo suyo, así que aquí es cuando toma una decisión de estudiar repostería en la prestigiosa escuela Cordon Bleu.
Graduada en 2019, comienza a montar uno de sus sueños y abre un perfil de Instagram de su nuevo proyecto, Poletina. En marzo de 2020 llega la pandemia y Marta y su familia deciden ir a Miami para estar con su familia durante 15 días, que ya se han convertido en cuatro años. «En Estados Unidos, la cuarentena no era igual, puesto que a pesar del cierre de locales y centros comerciales, se podía salir a la calle», nos cuenta. En su Instagram profesional comenzó a subir fotos de las tartas que hacía y nos cuenta con ilusión: «Me acuerdo perfectamente de la primera venta, fue el 1 de junio de 2020. Fue un momento muy especial y recuerdo que era a un chico que me contactó por la red social y me pidió dos mini tartas, una de coco y otra de dulce de leche. ¡Hasta tengo el ticket enmarcado!».
Marta hizo la mejor estrategia de marketing que existe. Comenzó a hacer tartas y las llevó puerta por puerta a influencers y celebrities, para que la probaran y que la pudieran recomendar. En definitiva, una estrategia del siglo XXI para llegar a una gran cantidad de público. «En Estados Unidos existe un directorio donde puedes averiguar dónde viven los famosos y, por eso, pude ir a sus casas a entregarles las tartas», explica. Lo mismo hizo con hoteles y restaurantes: «Yo voy con una tarta y la doy a probar, les hablo de mi producto y, a veces, consigo reunirme para cerrar pedidos. La cuestión es seguir peleando». Así es como, hoy en día y con gran esfuerzo, Marta ha amasado la base de su empresa y ha cumplido el sueño de tener un obrador, cinco empleados y hacer de 40 a 50 tartas semanales.
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Todo ello lo ha ido alternando con las redes sociales y no ha sido nada fácil, porque tienes que encontrar el botón correcto que haga que el público se interese por tu contenido. Precisamente, su contenido varió hasta que vio que hablar sobre Hermès le interesaba mucho a la gente. «Yo ni sabía lo que era Hermès y lo descubrí por mi madre. Cuando iba con ella a la tienda, era ir a la tienda naranja, y ella siempre me decía que era el bolso más cómodo del mundo». Desde pequeña, su madre le inculcó la moda y la casa francesa siempre estuvo presente. «El primer Birkin me lo regaló mi madre y tenía razón, es el bolso más cómodo del mundo. Era el modelo de 30 pulgadas, negro, con el herraje en plata». Ahí fue cuando ella comenzó a investigar más sobre la maison y comenzó su colección personal.
Sí que es verdad que en aquel momento, el Birkin era un bolso que se había hecho popular porque era el icono que llevaban las celebrities, e incluso Samantha Jones de Sexo en Nueva York, hizo que su conocimiento se extendiera al mundo. En este punto, era algo accesible, pero la firma francesa llevó la exclusividad a un punto en el que adquirir este bolso era ya un privilegio. Todo comenzó de cero, cuando las normas internas sentaron la base de que el diseño sólo podía ser vendido a quien ellos consideraban, una forma de cuidar la imagen de la marca y hacer de un accesorio, un objeto de deseo mundial.
Marta nos confiesa que todo comenzó de cero y que, para volver a adquirir el modelo, no contaba lo que te habías gastado y había que comenzar de nuevo. «Pensé que me tenía que gastar más dinero, pero con 1.500 euros, ya me ofrecieron el bolso de nuevo», confiesa Ojeda. «Sí que es verdad que es más sencillo comprar un Birkin en España o Europa que en Estados Unidos, sobre todo porque aquí es mucho más caro y exigen más».
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El trato es exclusivo, pero sí que es verdad que el cliente tiene que poner de su parte, puesto que los llamados sales assistant, son los que deciden. En definitiva, no es que haya que hacerles la pelota constante, sino que hay que cuidarles y ser cercanos con ellos. Una estrategia que hace que la actitud del cliente se baje a tierra y que cuide a la persona que decide si tienes el bolso más exclusivo del momento o no. «Hay ocasiones en las que puedes gastarte 100.000 euros en un mueble de su nueva colección y no te lo ofrecen, mientras que hay gente que puede gastar sólo 3.000 euros y se le ofrece. Todo depende de tu feeling con la persona de la tienda». Un dato que siempre deja Marta claro en sus videos.
Durante varios años, la influencer experta en Hermès y empresaria ha ido acumulando una colección de lo mas exclusiva y, por el momento, nos desvela que tiene una colección de 15 bolsos. «No puedo ampliar mucha más información, porque en Estados Unidos es fácil averiguar dónde vives y ya hemos sufrido robos por este motivo».
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Mientras escuchamos a Marta, nos explica que en su negocio nadie le ayudó a empezar y, como todo, ha tenido altibajos que ha tenido que solventar por ella misma. No tenía un apoyo económico detrás, sino que su fortuna es algo que ella ha trabajado.
Mientras hablamos con ella, vemos que la imagen que se ve en las redes sociales se asocia poco con la imagen cercana que presenta en la entrevista. «Por mucho que a mí me guste el lujo, no significa que viva por ello. Soy sencilla, trabajadora y tengo los pies en la tierra». Al fin y al cabo, las redes sociales son una forma de exposición que te convierte en un personaje público y el hater siempre estará. En este caso, lo digital dista de la realidad y Marta es cercana, honesta y una persona como cualquier otra. No presume de tener más o menos, sino que ella quiere entretener. Hay mucho más allá de lo que vemos en la cámara.
