Dra. Espí, médico estético, sobre los retoques de las ‘celebs’: «María Pombo sólo ha potenciado su belleza»
No hay bisturí, ni agujas, ni efectos secundarios. Tampoco hay filtros. Sólo un brillo en la piel, una textura uniforme, una frescura que parece genética… Pero no lo es. Lo que hace unos años era un secreto entre actrices, royals y tops de Instagram, hoy es un fenómeno imparable que ha salido del backstage y ha llegado a la calle. Hablamos de los tratamientos estéticos faciales no invasivos, esos que están detrás del glow de mujeres como María Pombo, Victoria Federica o Hailey Bieber, y que prometen una piel radiante sin pasar por quirófano.
Hoy hablamos con la doctora Sonsoles Espí, directora médica de Holaglow y médico estético, para entender cómo funciona este tipo de tratamientos qué se están haciendo las celebrities, y por qué cada vez más personas apuestan por este nuevo cuidado de la piel, sin retoques extremos pero con resultados que se notan (y mucho).
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¿Qué se hacen las ‘influencers’ como María Pombo en el rostro?
«Cada vez más mujeres (famosas o no) entienden que la piel necesita un mantenimiento profesional, como el pelo o la dentadura. El objetivo no es transformarse, sino verse bien, con buena cara, natural y luminosa», explica la doctora Sonsoles Espí, directora médica de Holaglow y especialista en medicina estética no invasiva.
Este tipo de tratamientos han dejado de ser algo especial para convertirse en rutina. Ya no se reservan para antes de una boda o una alfombra roja. «Hoy muchas clientas se hacen un tratamiento facial profesional cada mes. Es su momento de autocuidado, de parar, de invertir en su piel», señala Espí.
La piel perfecta como símbolo de estatus
No es casualidad que las fotos de primer plano de María Pombo o Victoria Federica siempre muestren una piel uniforme, sin rojeces, sin imperfecciones visibles y con ese efecto jugoso y satinado tan buscado. Lo que antes se asociaba al maquillaje, hoy viene de tratamientos como la radiofrecuencia, el ultrasonido focalizado o las limpiezas profundas con aparatología avanzada.
«El objetivo no es borrar la expresión, sino potenciar la salud de la piel. Cuando la piel está equilibrada, bien hidratada, con una buena microbiota y sin poros congestionados, se nota a simple vista. Ese es el verdadero glow«, afirma Espí.
Aunque hay quien aún asocia los tratamientos estéticos al retoque, lo que triunfa ahora es justo lo contrario: cuidarse sin cambiarse la cara.
«Hay un cambio generacional clarísimo. Mujeres jóvenes, muy informadas, que no quieren rellenos ni cirugía, pero sí verse bien, tener buena textura, prevenir arrugas futuras… Y que buscan resultados visibles sin artificios», apunta la doctora.
‘Glow’, ‘lift’… La nueva jerga del cuidado facial
En lugar de bótox o ácido hialurónico, las nuevas estrellas del cuidado facial se llaman glow, detox, powerlift, skin resurfacing o dermalux. Términos que suenan a spa de lujo, pero que en realidad responden a protocolos técnicos, basados en aparatología médico-estética.
«Uno de los más demandados es el ‘Glazed Skin’, que se inspira en ese efecto glaseado que puso de moda Hailey Bieber»
«Uno de los más demandados es el Glazed Skin, que se inspira en ese efecto glaseado que puso de moda Hailey Bieber. Combinamos exfoliación, oxigenación, luz LED y activos regeneradores para conseguir un efecto inmediato de piel pulida, como de porcelana», detalla Espí.
Otros como el Glow Lift trabajan la flacidez del rostro sin necesidad de inyectables, o el Glow Detox, que realiza una limpieza profunda con vacío y tecnología de microcorrientes, muy útil para pieles congestionadas o apagadas.
Y sí, las celebrities también los hacen. Aunque pocas lo cuentan abiertamente, son parte de ese cuidado silencioso que marca la diferencia.
El final de la trampa del filtro
En un contexto donde las redes sociales han distorsionado la percepción de la belleza, estos tratamientos se presentan como una herramienta para reconciliarse con la imagen real.
«Mucha gente viene al centro diciendo: Quiero verme como cuando uso el filtro de Instagram, pero en persona«. Y nuestra respuesta es: no necesitas parecer otra, sólo necesitas que tu piel esté bien cuidada, hidratada y luminosa. Eso cambia todo», dice la doctora Espí.
Más que vanidad, lo que hay detrás de este boom es una nueva cultura del cuidado personal, donde la belleza se asocia a salud, autoestima y prevención. Ya no se trata de corregir, sino de anticiparse.
«A los 20 puedes hacerte tratamientos para limpiar y mantener la piel. A los 30 empiezas a trabajar la prevención de arrugas. Y a los 40-50 te centras más en reafirmar y regenerar. Pero siempre con el foco en respetar tu rostro», asegura.
En esta nueva era de pieles reales y filtros desactivados, las expertas lo tienen claro: menos intervención, más mantenimiento.
«No buscamos la perfección irreal. Buscamos una piel que respire salud, que aguante bien el paso del tiempo y que no dependa del maquillaje para estar bonita», concluye Espí.
María Pombo y Victoria Federica: casos reales de buena medicina estética
Más allá del aura de perfección que proyectan en redes sociales, los rostros de María Pombo y Victoria Federica reflejan algo más interesante: un trabajo estético sutil, medido y con criterio. Según la Dra. Sonsoles Espí, que analiza ambas caras desde su experiencia como profesional médica, son el mejor ejemplo de cómo la medicina estética bien hecha no se nota, pero marca la diferencia.
«Desde mi punto de vista, diría que lleva soporte en pómulos… Y ALGO DE LABIOS»
«Lo de María Pombo está muy bien hecho. No ha transformado su cara, sólo ha reforzado lo que ya tenía bonito. Desde mi punto de vista, diría que lleva soporte en pómulos (no un relleno exagerado, sino una proyección natural), un poco de proyección de mentón para equilibrar el tercio inferior del rostro, y algo de labios. Todo con muchísima medida», detalla la doctora.
«Victoria Federica ha afinado su rostro de forma muy inteligente»
¿Y Victoria Federica? Aquí, según Espí, hay un antes y un después evidente… Pero impecable. «Victoria Federica ha afinado su rostro de forma muy inteligente. Se ha hecho una marcación mandibular sutil, proyección de mentón que era uno de sus puntos débiles) y soporte en pómulos. También se ha retocado el labio, pero con una técnica tan refinada que no roba protagonismo a sus rasgos. El resultado es un rostro armónico, estilizado y muy elegante».
Para Espí, estos casos ejemplifican una nueva corriente: mujeres jóvenes que no buscan esconder la edad, sino acompañar su evolución facial con tratamientos adaptados, respetuosos y estratégicos.
«Hay huella estética, claro que sí, pero es una huella estética buena. No es una cara hinchada, ni un rostro cambiado. Es una mejora controlada, que embellece sin deformar. Y eso es lo que queremos transmitir desde nuestro sector: no se trata de hacerte cosas, sino de saber qué, cómo y cuándo».