Los desfiles Crucero se han convertido, desde hace años, en una excusa perfecta para que las grandes casas de moda viajen más allá de sus sedes habituales y desplieguen su creatividad en escenarios que inspiran, emocionan y representan su universo. Chanel, una de las firmas más emblemáticas de la historia de la moda, ha vuelto a demostrar este 2025 que la moda no sólo se lleva: también se vive. ¿El enclave escogido para su colección Crucero 2025-2026? Nada menos que la espectacular Villa d’Este, a orillas del Lago di Como.
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Situada en el pintoresco pueblo de Cernobbio, en el norte de Italia, la Villa d’Este es mucho más que un hotel de lujo. Se trata de una auténtica joya arquitectónica del Renacimiento, construida en el siglo XVI como residencia veraniega de un cardenal, y posteriormente transformada en palacio y, desde 1873, en uno de los hoteles más exclusivos de Europa. Su historia está llena de anécdotas fascinantes, y su lista de huéspedes parece un quién-es-quién del glamour internacional: Elizabeth Taylor, Ava Gardner, Frank Sinatra, Madonna, George Clooney, o más recientemente, estrellas como Lady Gaga o Brad Pitt, han disfrutado de sus jardines, su embarcadero privado y su ambiente que te transporta a la Dolce Vita.

En este enclave cargado de historia y rodeado de jardines simétricos, cipreses, fuentes y vistas de película al Lago di Como, Chanel desplegó su pasarela al aire libre. La colección Crucero 2025-2026 rindió homenaje al estilo de vida mediterráneo, con propuestas que combinan el chic parisino con la ligereza italiana: vestidos de gasa, conjuntos de lino bordado, trajes sastre reinterpretados en colores suaves, y detalles artesanales que recuerdan a los bordados clásicos de la región.
Con Keira Knightley en el ‘front row’ de Chanel
Entre las invitadas destacadas del evento, brilló con luz propia Keira Knightley, embajadora de Chanel desde hace años, que encarnó a la perfección la elegancia moderna que representa la casa. Su presencia aportó un toque cinematográfico a un desfile ya de por sí cargado de belleza. Otros rostros conocidos del mundo del arte, la moda y el cine internacional también se dejaron ver en los jardines de la villa, aunque Chanel, como es habitual, mantuvo un aire de discreción selecta en su convocatoria.

Este tipo de desfiles no son nuevos para Chanel, que ya ha llevado sus colecciones Crucero a lugares tan icónicos como el Museo Rodin en París, el Aeropuerto Internacional de Seúl, el Havana Club en Cuba, o incluso el Lido de Venecia. De hecho, no es la primera vez que la maison pone sus ojos en el Lago di Como: en 2004, Karl Lagerfeld organizó una presentación íntima en esta misma región.

Si buscamos un paralelismo de Villa D’Este en España, podríamos pensar en lugares como el Marbella Club Hotel, fundado en los años 50 por el príncipe Alfonso de Hohenlohe, o el histórico Hotel Formentor en Mallorca, recientemente reformado. Ambos han acogido celebridades y artistas, y comparten con esta villa ese aire de retiro elegante, donde la belleza del entorno potencia cualquier expresión creativa.