El universo de la moda amanece de luto. Giorgio Armani, el genio discreto que vistió de elegancia al mundo, falleció ayer en Milán a los 91 años. Detrás de su silueta siempre sobria y su sonrisa contenida se esconde un imperio de más de 9.000 millones de euros, una herencia que trasciende las cifras y habla de visión, legado y una forma única de entender el estilo. En estas líneas repasamos qué deja Re Giorgio al partir: su fortuna colosal, la estructura que garantiza el futuro de su firma y, sobre todo, una filosofía de vida que convirtió la sencillez en lujo eterno.
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La herencia millonaria de Giorgio Armani
Este 4 de septiembre de 2025, el mundo de la moda recibió una noticia desgarradora: Giorgio Armani falleció en su hogar en Milán a los 91 años, rodeado de sus seres queridos. El Re Giorgio, como cariñosamente se le llamaba, deja atrás un legado inigualable, tejido con hilos de sutileza, poder y un fuerte sentido de identidad.
Desde la fundación de su firma, Giorgio Armani S.p.A., en abril de 1975, junto a su compañero Sergio Galeotti, el diseñador emprendió una de las trayectorias más influyentes del siglo XX.

Con trajes masculinos desestructurados, minimalismo refinado y una estética atemporal, Armani revolucionó la sastrería, redefinió el power dressing femenino y llevó la sobriedad a la alfombra roja.
Su marca trascendió la moda: hoy abarca perfumes, cosmética, mobiliario, hotelería, gastronomía, cafés, incluso estilo de vida completo. Además, era propietario del equipo de baloncesto EA7 Emporio Armani Milano desde 2008.

Una fortuna colosal, preservada con visión
Al momento de su fallecimiento, su patrimonio fue estimado entre 12.000 millones de dólares, lo que aproximadamente equivale a unos 11.200 millones de euros, según datos de Forbes. Otros medios mencionan un rango entre 9 y 13 mil millones de euros.
Convertido en cifras redondas, eso implica una fortuna estimada entre 9.000 y 13.000 millones de euros, fruto de una carrera donde controlaba prácticamente el 100 % de su compañía. Sus inversiones se extendían también al patrimonio inmobiliario de lujo, propiedades en Milán, París, Saint-Tropez, Saint-Moritz, y su yate de 65 metros valorado en unos 60 millones de euros.

Un testamento de discreción y sabiduría
Armani nunca fue impulsivo: desde 2016, constituyó la Fundación Giorgio Armani para proteger la gobernanza del grupo y asegurar su estabilidad en el futuro.
Al morir sin descendencia, dejó claramente definida una sucesión gradual: «Mis planes de sucesión consisten en una transición gradual de las responsabilidades a mis seres más cercanos», declaró en una entrevista.

Había nombrado a sus sobrinas Silvana (69 años), vinculada al diseño femenino, y Roberta (54 años), responsable de relaciones públicas; también a su sobrino Andrea Camerana (55 años), activo en iniciativas sostenibles. A ellos se suma Leo Dell’Orco, su mano derecha en diseño masculino y su pareja de décadas, pieza clave de confianza total.
La Fundación, que actualmente posee una participación simbólica, probablemente aumentará su peso accionarial tras la apertura del testamento, consolidando el control del grupo en el círculo íntimo de Armani. Se espera que la dirijan figuras como Dell’Orco, Silvana y Bellotti, manteniendo intacta la esencia de la marca.