Giorgio Armani, que ha fallecido a los 91 años en Milán, no sólo revolucionó la moda con su estilo sobrio y sofisticado, también llevó esa estética a sus espacios más íntimos. En St. Moritz, Suiza, convirtió un retiro alpino del siglo XVII en una auténtica casa de alta costura: madera de caoba, un antiguo granero reformado en 2012 y un interior que huía del estilo tradicional de los Alpes para abrazar una arquitectura con reminiscencias orientales. Allí combinó piezas de Armani Casa con objetos adquiridos en sus viajes, reflejando el mismo ADN cosmopolita que definió sus colecciones.
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Más allá de su diseño, la casa de Armani en La Punt se convirtió en un auténtico epicentro. En diciembre de 2022, el propio diseñador eligió este enclave para relanzar su colección de moda invernal Neve y organizó no sólo un desfile sobre la nieve frente al estadio olímpico de St. Moritz, sino también una cena de gala en el prestigioso Hotel Badrutt’s Palace. Aquella velada culminó en un black velvet ball con actuaciones de la banda Superfly, Jack Savoretti y un DJ set, en el marco de una experiencia que unió moda, música y alta joyería (la línea Privé) protagonizada por el entorno íntimo y familiar que aquella casa representaba para él.

Tradición cosmopolita
La casa de invierno en Suiza del diseñador se encuentra en La Punt, una aldea tranquila a varios kilómetros de St. Moritz. La arquitectura exterior respeta la tradición de los Alpes; sin embargo, una vez dentro, la decoración es totalmente cosmopolita.
El diseñador explicó en una ocasión que cada una de sus casas tiene una identidad específica que respeta su contexto, pero también «expresa mi propio estilo».

La calidez de la caoba
Para revestir las habitaciones, escogió madera de caoba porque considera que tanto su color, como la textura, transmiten calidez. Están amuebladas de manera sofisticada con la línea de decoración del diseñador.
Si hay un estilo que le gusta, ese es el japonés. «Me atraen sus líneas precisas, su estética pura, sus formas geométricas y su riqueza de detalles», expresó en una ocasión el diseñador.
De granero a sala de estar con vistas a los Alpes
La casa original en Suiza contaba con un granero, pero Armani cuando la adquirió la reformó en una sala de estar elevada. Tiró una de las paredes y en su lugar instaló grandes ventanales con acceso a una terraza.

La casa cuenta con cinco dormitorios en la segunda planta y una suite en el último piso con techo abuhardillado. Todos están decorados con “lo esencial” pues, en palabras del propio Armani, “la belleza debe estar siempre ligada a la funcionalidad”.