En verano más que nunca, a hombres y mujeres nos gusta lucir una piel bronceada durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, la impaciencia por conseguir el tono ideal, unido al desconocimiento sobre los efectos nocivos del sol, hacen que no nos preocupemos lo suficiente por proteger nuestra piel. Además, pensamos que sólo debemos utilizar crema solar en verano, pero lo cierto es que deberíamos proteger nuestra piel de los rayos solares durante las cuatro estaciones.
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Retrasa el envejecimiento de la piel
El sol es uno de los principales factores de fotoenvejecimiento de nuestra piel. En el rostro es donde más visibles son estos signos del envejecimiento, por lo que es imprescindible el uso diario de una crema solar facial.
Evita la aparición de manchas
Tomar el sol sin una correcta crema solar puede generar manchas en la piel, sobre todo en el rostro, que es una zona más sensible. El protector solar protege las proteínas de la piel como la queratina, la elastina y el colágeno, necesarias para mantener la piel sana y lisa.
Previene el cáncer de piel
Hay numerosas evidencias científicas que demuestran que las radiaciones ultravioletas pueden provocar cáncer en la piel. Por eso es muy importante tomar el sol siempre con protección y evitar las horas centrales del día.
Hidrata la piel
La crema solar no sólo nos protege del sol, sino que también nos hidrata la misma, haciendo que luzca más luminosa.
Protege de los rayos UV
La crema solar es uno de los imprescindibles para llevar en vacaciones si queremos estar a salvo de los rayos del sol en la piscina, la playa o en el día a día. Quemaduras, manchas, lunares, pecas y, en el peor de los casos, cáncer de piel. La única manera de prevenir estos problemas sin renunciar a ganar un bonito bronceado es usando el protector solar.