Chenoa es una de las grandes protagonistas de la Nochevieja, dando las Campanadas junto a Estopa en La1. Y en COOL que somos muy curiosos y nos gusta saber cómo viven las celebs, nos colamos en uno de los espacios más personales de Chenoa: su casa, donde esta noche no podrá comerse las uvas. Un hogar del que se siente especialmente orgullosa y que ha ido construyendo a lo largo de los años como refugio entre grabaciones, compromisos profesionales y vida personal. Situada en Majadahonda, a las afueras de Madrid, esta vivienda refleja una mezcla equilibrada entre funcionalidad, estilo y calidez, con una decoración muy pensada pero nada impostada.
- La casa familiar de Paul Newman en Manhattan vuelve al mercado
- Varios diseñadores descubren cómo los ricos decoran sus casas en Navidad
- El nuevo paraíso de los millonarios es esta urbanización del Algarve
La casa de Chenoa en Majadahonda
La casa de Chenoa se encuentra en Majadahonda, una de las zonas residenciales más demandadas del noroeste de Madrid por su tranquilidad, sus zonas verdes y su cercanía a la capital. No se trata de una vivienda nueva ni recién estrenada: la artista lleva viviendo en ella alrededor de dos décadas.
Según datos recientes de mercado, el precio medio de la vivienda en Majadahonda ronda 4.125 € por metro cuadrado en compra y 15,2 € por metro cuadrado en alquiler, lo que sitúa al municipio como una de las zonas más cotizadas de la Comunidad de Madrid fuera del centro urbano.
Aunque no se ha publicado oficialmente el precio de su propiedad, se sabe que Chenoa adquirió este apartamento en febrero de 2018, con más de 134 m² construidos y dentro de una urbanización que incluye dos plazas de aparcamiento.

El salón: luz, libros y ladrillo visto
El salón es uno de los grandes protagonistas de la casa y también el espacio más reconocible para quienes siguen a Chenoa en redes sociales. Se trata de una estancia amplia, conectada directamente con la terraza.
Aquí aparece uno de los elementos más distintivos de la vivienda: las paredes de ladrillo visto, que rompen con la uniformidad del blanco y aportan textura, carácter y un aire ligeramente industrial al espacio. El ladrillo, en tonos marrones y anaranjados, se combina con muebles de madera y piezas de líneas sencillas.
Uno de los puntos focales del salón es una gran alacena blanca, llena de libros, fotografías y objetos personales.

Cocina integrada y funcional
La cocina comparte espacio con el salón, siguiendo la tendencia de los ambientes abiertos. De nuevo, el blanco es el color dominante, tanto en los muebles como en los frentes, lo que refuerza la sensación de amplitud y limpieza visual.
Se trata de una cocina práctica y bien equipada, pensada para el día a día. No hay excesos decorativos, pero sí pequeños detalles que la hacen más cálida y personal, como flores frescas o elementos funcionales a la vista.

La terraza: un valor añadido clave
Si hay algo que eleva esta vivienda es su terraza exterior, accesible directamente desde el salón. Se trata de un espacio amplio, con paredes de ladrillo que dialogan con el interior de la casa y que refuerzan esa continuidad estética entre dentro y fuera.
La terraza está pensada como una extensión del salón, especialmente en los meses de buen tiempo. Cuenta con un gran sofá para relajarse, una mesa de centro ligera y varios elementos que aportan privacidad, como paneles de cañizo y plantas.
Las vistas a zonas verdes y la tranquilidad del entorno hacen de esta terraza uno de los grandes atractivos de la vivienda, algo especialmente valorado en una zona como Majadahonda.

