La Costa Brava es uno de los rincones más bellos de la geografía mediterránea. No nos extraña que Truman Capote decidiera escaparse aquí para buscar inspiración, que Salvador Dalí se construyera una casa en Port Lligat, muy cerca de Cadaqués, o que arquitectos de renombre hicieran proyectos en su costa de pinos. Precisamente, Antonio Bonet Castellana fue uno de esos arquitectos. Y en una de sus casas, construida en los años 60, Victoria Beckham ha realizado su evento con Mango. Pero, ¿cómo es esta casa? ¿Por qué es importante? Abrimos las puertas de la Casa Cruylles.
«La Casa Cruylles se enmarca en un paisaje mediterráneo privilegiado entre pinos y el mar. Destinada a segunda residencia, se articula en varios cuerpos que descienden desde la carretera hasta el mar, adaptándose a la topografía y escondiéndose entre la vegetación. El acceso se produce a través de la azotea, a cota de la carretera situada en la parte trasera del solar» explica Judit Duaigües en la memoria de Docomomo Ibérico. Con un paisaje privilegiado y unas vistas increíbles, no había mejor lugar para esta presentación.
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Lo que más llama la atención es, sin duda, el blanco de sus paredes. El arquitecto, Antonio Bonet, utilizó materiales propios de la zona, del clima mediterráneo, como la cal blanca. Arquitectónicamente lo que llama la atención son sus formas. «La bóveda es el módulo básico de composición con el que el arquitecto resuelve la fusión del espacio interior con el exterior, y abre la casa a la naturaleza inmediata que la rodea. Destaca el elemento de cubierta, una gran teja blanca invertida que descansa sobre la sucesión de muros de ladrillo», destacan desde Docomomo Ibérico. Si se sabe de su obra, recuerda a La Ricarda, de los 60, en el Prat de Llobregat.
Según la revista Arquitectura, en un artículo de 1970, se explica que la casa era un proyecto para Salvador Cruylles, de ahí el nombre. Y se especifica que se encuentra en una cala propia, en la localidad de Aigua Blava. Precisamente en la cala del mismo nombre se encuentra el restaurante Toc al Mar, que diseñó el catering para la gran noche. En la revista se explica que el solar está en una vaguada sobre el mar, con un gran desnivel… Algo que, sin duda, no ayudó a la construcción de la casa. Y de ahí una solución llamativa: el coche se aparcaba en la azotea. Y otra cosa interesante: en la revista se apunta que el ambiente debería ser conjunto, mediterráneo. «Un espacio habitable interior-exterior», especifican. Algo que se logra.
Uno de los rincones más bellos de la casa es sin duda, su porche con vistas al mar Mediterráneo, parte del evento de Mango se realizó en este rincón tan único. Si se tiene alguna noción de arquitectura, quizá la Casa Cruylles de Antonio Bonet nos puede recordar a Le Corbusier. Precisamente el arquitecto trabajó con él en París y fue su discípulo. El racionalista Bonet huyó a Argentina -vivió casi toda su vida en Río de la Plata- y a su vuelta, sobre todo en los años 50 y 60, fue uno de los arquitectos más cotizados. No solo hacía maravillosos proyectos en la Costa Brava. El icónico barrio del Niño Jesús en Madrid, a dos pasos del Retiro, tiene su firma, al igual que el Tribunal Constitucional.
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No sabemos qué opinará la diseñadora Victoria Beckham de la casa, pero está claro que el equipo de Mango no pudo elegir un lugar mejor para un evento así. Es fácil buscar inspiración en la Casa Cruylles o en la Costa Brava.
