Dicen que «la arquitectura sostenible es aquella que tiene en cuenta el impacto que va a tener un edificio en todo su ciclo de vida. Este ciclo comienza en su construcción, sigue con su uso y termina con su destrucción». Una explicación con mucho sentido en estos tiempos, donde la sostenibilidad está a la orden del día. No solo en la arquitectura, también en otros aspectos de nuestra vida. No nos llama la atención cuando ahora se construye una bodega sostenible, pero es importante recalcarlo cuando una bodega nació sostenible cuando nadie entendía a qué se refería este término. Bodegas Baigorri lo hizo hace más de 20 años.
Estamos hablando de Bodegas Baigorri, en la Rioja alavesa, una zona conocida por otras muchas bodegas. Aunque Baigorri no es de las más conocidas, debería serlo no solo por los vinos que elaboran, sino porque arquitectónicamente defienden una filosofía importante. Cuando nació, su arquitecto Iñaki Apiazu y su fundador, Jesús Baigorri, querían que el edificio interfiriera lo menos posible en la naturaleza.
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Y no solo eso, no se utiliza apenas maquinaria para el uso de la uva. Esta cae por su propio peso, una idea más sostenible imposible. El arquitecto enterró la bodega -algo muy diferente a lo que podemos ver en otras bodegas de la zona-, para que el paisaje sufriera lo menos posible. Casi toda la bodega es subterránea, algo llamativo, y los materiales que se utilizaron en la construcción fueron mínimos. «Es un proyecto en el que la gravedad y la tecnología se han unido para trabajar en armonía» defienden desde la bodega. «Y los materiales utilizados, como explicabas, son tres: hormigón, vidrio y acero».
«El arquitecto Iñaki Apiazu dejó una gran profesional con este proyecto, convirtiéndose en un referente enológico mundial. Es un proyecto en el que la naturaleza, la tecnología y la arquitectura trabajan en armonía en un edificio que está al servicio del proceso de elaboración del vino por gravedad» explican desde la bodega. Porque esta bodega es sostenible no solo porque el edificio tiene menos protagonismo que el viñedo, si no porque se utiliza lo mínimo para transformar ese viñedo en uva. Menos es más no puede tener más sentido en Bodegas Baigorri. Veinte años después de su construcción, porque la bodega es de 2001, seguimos brindando por ello.
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