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Hay profesiones como la de ingeniero que están muy bien valoradas, pero los cazadores no siempre gozan de la misma reputación en algunos lugares. De hecho, algunos estudios psicológicos han intentado elaborar un perfil con los rasgos de personalidad predominantes de quienes practican esta actividad.
Según un análisis de la página especializada Mind Psychiatrist, es falso que se puede ligar la caza con la psicopatía. De hecho, la motivación de los cazadores es bien distinta. Para los psicólogos predomina el amor al deporte, a la comunidad y a la conservación.
La psicología lo niega: vincular a los cazadores con la psicopatía es falso
Además de estar muy malintencionado, los psicólogos han dejado claro que no se puede asociar el gusto por la caza con la psicopatía.
La sociedad tiende a usar esta palabra muy a la ligera, pero la psicopatía se vincula con la falta de empatía, la impulsividad y la manipulación. Es decir, rasgos que poco tienen que ver con los de un buen cazador.
Además, otras partes de la personalidad en un psicópata serían el sentimiento de grandeza, la superficialidad y la dificultad para conectar con las emociones ajenas.
Un buen cazador, en cambio, va a necesitar pasar desapercibido, empatizar con otras personas y colaborar en comunidad. Cosas que un psicópata muy difícilmente podría hacer por mera afición al deporte.
Por todo ello, una de las conclusiones a las que llega el estudio es que no se puede asociar automáticamente la caza con la violencia o con trastornos de personalidad.
Por tanto, vincular a todos los cazadores con la psicopatía es una simplificación en la que han intervenido otros factores culturales.
Beneficios psicológicos de hacerte cazador, según la psicología
De hecho, en Mind Psychiatrist han reservado un apartado para dar una visión más positiva. Por ejemplo, destacan que muchos cazadores han asegurado haber experimentado efectos beneficiosos, como la reducción del estrés, una mayor atención plena y la mejora de los lazos sociales dentro de la comunidad.
«El acto de perseguir una presa puede aliviar la tensión y potenciar la sensación de logro», han llegado a afirmar los autores.
Desde un enfoque evolutivo, la caza ha formado parte de la historia del ser humano durante milenios. Las conductas de riesgo y la búsqueda de emociones intensas han sido esenciales en la supervivencia de nuestros antepasados.
Hoy en día se han mantenido como motivaciones en quienes han encontrado en la caza una vía para conectarse con sus raíces, fortalecer vínculos o participar en la gestión ambiental.
Aunque algunos cazadores han mostrado conductas de búsqueda de sensaciones fuertes, esto no ha significado que encajen en el perfil psicopático. Como ha puntualizado el informe, ese rasgo ha respondido más a instintos de supervivencia heredados que a un trastorno de personalidad.
Por qué los cazadores son tan empáticos con los animales
Un estudio de Harvard señaló los tres rasgos que indicaban inteligencia emocional. Ahora resulta sorprendente comprobar que una posible característica de las personas empáticas con los animales podría ser el gusto por la caza.
Lejos de tener desapego, los cazadores han demostrado una mayor empatía por la fauna y por la naturaleza. Esto se debe al seguimiento de prácticas éticas y a su afán de asegurar muertes rápidas, para evitar dolor.
Otra prueba de ello es que la caza regulada también ha aportado un beneficio directo a la conservación. Por ejemplo, es común que las tasas y licencias se destinan a proyectos de restauración y control de población.