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Hay frases que demuestran una gran inteligencia emocional, ¿pero qué ocurre en el extremo contrario? Es decir, en aquellas conversaciones que empiezan a ir mal sin razón aparente. Para algunos expertos, hay formas de expresarnos que demuestran falta de habilidades sociales.
Un artículo de The Expert Editor ha señalado cuáles son las cuatro frases que dejan más claro que comunicarnos no es nuestro punto fuerte y que no sabemos cuál es la mejor forma de relacionarnos. ¿Adivinas cuáles pueden ser?
Una de las frases más comunes y al mismo tiempo más contraproducentes es «sin ofender, pero…». Lo que en apariencia pretende suavizar un comentario acaba siendo una alerta de que lo que viene a continuación resultará hiriente.
Es decir, en lugar de rebajar la tensión, provoca el efecto contrario: prepara al interlocutor para ponerse a la defensiva. Los psicólogos explican que este tipo de expresiones amenazan la dignidad de la persona que escucha, lo que en comunicación se conoce como perder la cara.
Por eso, recomiendan expresar directamente la opinión, pero de forma clara y constructiva, acompañándola de explicaciones o de una propuesta. Un ejemplo sencillo sería sustituir el «sin ofender» por un «quizás me equivoque, pero me preocupa este punto».
De hecho la forma en la que damos explicaciones o corregimos suele ser uno de los puntos débiles en personas con pocas habilidades sociales. Por ejemplo, «Bueno, en realidad…» cuando queremos hacer un apunto transmite pedantería y genera distancia.
Otra expresión que revela una falta de habilidades sociales es recurrir al «cálmate» o «relájate» cuando alguien se encuentra alterado. Aunque parezca una invitación al sosiego, la realidad es que genera el efecto opuesto.
Al oírla, la otra persona percibe que se le está restando importancia a sus emociones o que se intenta controlar su reacción, lo que suele derivar en más enfado.
Los especialistas recomiendan cambiar el enfoque: en lugar de ordenar que se calme, conviene validar primero lo que siente el interlocutor. Reconocer que está molesto o que la situación es frustrante abre la puerta a un diálogo más relajado.
Y el truco final para que parezca que tienes grandes habilidades sociales es ofrecer opciones concretas, como parar unos minutos o continuar hablando más tarde. Ayuda a que tu interlocutor aumente su sensación de control.
No digas «nunca» o «siempre» si quieres parecer una persona con gran inteligencia emocional
Hay palabras más comunes entre las personas con alta inteligencia emocional, pero decir expresiones absolutas suele vincularse con la dificultar para relacionarnos y aceptar la opinión de los demás.
Este tipo de absolutos convierten una conducta puntual en un juicio global sobre la persona, lo que hace que la conversación pase de los hechos a los reproches.
Por ejemplo, decir «siempre llegas tarde» o «nunca me escuchas» no invita a cambiar nada; más bien provoca una respuesta defensiva y el cierre del diálogo.
Los expertos aconsejan sustituir estas expresiones por descripciones específicas de lo ocurrido. Señalar el momento concreto y cómo nos afectó.