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En los últimos años, se ha cuestionado si las habilidades cognitivas de los niños pueden potenciarse con actividades distintas a las asignaturas tradicionales. Se abordan planes basados en enseñar matemáticas, lectura o ciencias, pero surge una alternativa que ofrece beneficios tanto para la memoria y la atención como para el coeficiente intelectual infantil.
Puede resultar sorprendente que un juego tan consagrado como el que estamos por desvelar a continuación esté ausente en la mayoría de centros escolares españoles, pese a indicar, en diversos estudios, que su práctica puede incrementar notablemente el desarrollo intelectual de los estudiantes.
¿Cuál es la actividad en clase que mejora el coeficiente intelectual infantil?
Aunque no figure en los planes de estudio de forma mayoritaria, el ajedrez reúne las condiciones necesarias para formar parte del currículo escolar. Sus efectos sobre el coeficiente intelectual infantil están suficientemente respaldados por estudios cuantitativos y cualitativos. Aumenta el rendimiento académico, fomenta el pensamiento lógico, potencia la concentración y mejora la gestión emocional.
Esto le comprobó un estudio publicado en SAGE Open, bajo el título “The Effect of Chess on Standardized Test Score Gains”. En él, se analizó datos de alumnos entre 2007 y 2014 en una escuela de Nuevo México. Se compararon tres grupos:
- Niños que no participaron en ajedrez.
- Alumnos que solo asistían a los clubes escolares.
- Quienes competían en torneos oficiales de la USCF (United States Chess Federation).
Estos fueron los hallazgos principales:
- Los alumnos del club mejoraron un 5%–10% en matemáticas, sin mejora significativa en lectura.
- Los que jugaron torneos alcanzaron un 30%–50% más en matemáticas y un 10%–30% en lectura respecto a compañeros de su mismo curso y nivel académico.
Esto demostró que las ganancias aumentaron cuanto más se involucraron: más torneos y mejor clasificación provocaron avances mayores.
Dicho esto, la mejora del coeficiente intelectual infantil se atribuye a habilidades entrenadas directamente sobre el tablero:
- Memoria: retención de estrategias, posiciones y jugadas.
- Pensamiento lógico: resolución de problemas y cálculo de consecuencias.
- Planificación y anticipación: previsión de movimientos del oponente.
- Gestión emocional: control de la presión y los errores.
- Concentración sostenida: atención prolongada durante las partidas.
Estos procesos tienen efecto directo en las habilidades académicas: los alumnos compiten mejor en pruebas cognitivas, interpretan textos con mayor fluidez y afrontan nuevos conceptos con más rapidez.
Impacto cognitivo y emocional complementario del ajedrez
Aparte del rendimiento curricular, el ajedrez proporciona desarrollo en otras áreas:
- Estimula ambos hemisferios cerebrales, lo que refuerza conexiones abstractas y visual-espaciales.
- Mejora la tolerancia a la frustración, la gestión emocional y la capacidad de aprender de los errores.
- Promueve la creatividad, al buscar nuevas combinaciones y salidas sorpresas.
- Refuerza la confianza personal y la autonomía al tomar decisiones con responsabilidad.
- Favorece la empatía y la interacción social durante las partidas.
Y siempre hay que recordar que se trata de una actividad de bajo coste y fácil implantación, ideal para cualquier aula, aunque requiere una metodología estructurada para lograr efectos sustanciales.
¿Por qué el ajedrez falta en la mayoría de escuelas españolas?
A pesar de los resultados cuantitativos y cualitativos, el ajedrez sigue sin formar parte del currículo obligatorio de la mayoría de escuelas en España. Algunas de las explicaciones pueden ser:
- Profesores no preparados para impartirlo.
- La percepción de que no es una materia STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que fomente habilidades técnicas.
- Competencia con actividades más populares en extraescolares.
- Falta de presión institucional para su integración curricular.
Sin embargo, el argumento de que el ajedrez y matemáticas son disciplinas distantes no se sostiene ante estudios que muestran cómo su práctica fortalece habilidades clave en lógica, razonamiento y comprensión lectora.
La clave del éxito se encuentra en la práctica continua y competitiva, no en sesiones ocasionales. El aumento del coeficiente intelectual infantil se observa cuando el ajedrez se integra en proyectos educativos con objetivos claros y seguimiento en el tiempo.