Si tocas el pito cada vez que estás enfadado en el coche es por esto: lo dice la psicología

Tocar el claxon cuando conducimos es una forma de canalizar el estrés y la ira de una forma socialmente aceptada

La razón por la que pitamos cuando vamos en coche según la psicología, explicación psicológica a tocar el claxon en el coche, pitar en el coche si nos enfadamos según los psicólogos.

Hombre conduciendo.

Se supone que el pito del coche se debe utilizar por motivos de seguridad, pero seguro que has ido conduciendo por la ciudad y el tráfico, otro conductor o un ceda al paso mal señalizado te ha llevado al límite de tu paciencia. Quizás tu reacción instintiva haya sido tocar el claxon y la psicología tiene una explicación.

La forma en la que cuidamos el coche y cómo interactuamos con los demás cuando conducimos tiene un vínculo claro con nuestra personalidad. Quienes tocan el pito más de la cuenta suelen responder a un carácter más irascible, pero podría tener algún punto de vista positivo.

La psicología explica el significado de tocar el claxon del coche cuando estamos muy enfadados

Según algunos estudios psicológicos sobre el comportamiento del conductor, tocar el pito no sólo cumple una función comunicativa, sino que es una vía de escape emocional.

Al emitir sonido y generar molestia en alguien que nos ha enfadado, podemos sentir un ligero placer que nos ayuda a canalizar la ira, el estrés y reducir la impaciencia, especialmente en situaciones donde no tenemos nada que hacer. Por ejemplo, un atasco.

La psicología ha puesto nombre a este fenómeno: descarga emocional activa. Es decir, cuando no podemos reaccionar físicamente ante algo que nos molesta y buscamos una vía rápida y aceptada socialmente de liberación.

Aunque tocar el claxon de forma descontrolada es malo, no hay duda de que es mejor que bajarse del coche y emprenderla a gritos o golpes contra el conductor que nos haya molestado. Es algo así como un grito mecánico.

Al tocar el pito en el coche también generamos una falsa sensación de control. Aunque no estemos haciendo nada útil, por ejemplo en un atasco, sentimos que no nos estamos quedando quietos y reducimos la frustración.

Esa necesidad de ser útiles es propia de personas que tienen niveles altos de estrés o baja tolerancia a la frustración, según algunos estudios de psicología sobre el tráfico. Por ello deberías aprender a controlarlo.

¿Podemos cambiar este hábito o tiene beneficios psicológicos?

En el corto plazo tocar el claxon va a ayudarte a canalizar tu estrés y te dará una ligera sensación de satisfacción, pero eso no significa que sea una buena práctica.

En primer lugar emprenderla a gritos o hacer todo el ruido posible no es la solución más civilizada. Aunque te satisfaga en el corto plazo, no va a eliminar tu problema real: dificultad para tolerar la frustración, estrés, impaciencia, etc.

En segundo lugar si adquieres este hábito vas a tener dificultades para evitarlo en un futuro. Al principio sólo tocarás el claxon en atascos muy pronunciados, pero si te acostumbras a canalizar tu ira de esta forma acabarás haciéndolo en todo.

Además, vivimos en sociedad. Más allá de la satisfacción que te genere, el ruido del claxon de un coche es molesto y puede afectar a la salud mental de otros conductores. Utilízalo sólo si es necesario. De hecho, utilizarlo sin que sea necesario está considerado una infracción.

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