Hay quien piensa que es por tener una autoestima muy alta o porque no están acostumbrados a que les lleven la contraria, pero personas que parece que siempre llevan la razón. O al menos eso creen. Da igual el tema del que se hable, que su opinión es la correcta. Seguro que te has encontrado alguna vez con este fenómeno y la psicología tiene una explicación.
Si te resulta familiar, debes saber que la explicación psicológica no se limita a la mera cabezonería, sino que hay una explicación mucho más concreta de este comportamiento. De hecho, está relacionado con la forma en la que procesamos la información y con los mecanismos de defensa emocional.
La clave que ha dado la psicología es el famoso sesgo de confirmación. Es decir, un mecanismo mental con el cual las personas tienden a buscar, recordar e interpretar únicamente aquellas informaciones que respaldan sus prejuicios, ignorando cualquier dato que les contradiga.
La razón psicológica por la que piensas que siempre tienes razón: el sesgo de confirmación
Lejos de lo que se cree, pensar que siempre se tiene la razón no está vinculado a una gran autoestima, sino más bien a todo lo contrario. Aquellos con más inseguridades desarrollan un mayor temor a que sus argumentos no sean los correctos.
Todos tenemos una tendencia hacia el sesgo de confirmación, pero la gente insegura es la más proclive a necesitar una protección extra para no tener la sensación de haber perdido el control del debate.
Dicho de otra manera: si alguien se siente amenazado por un debate, porque piensen diferente a él o porque tiene una opinión muy rígida, tendrá un mayor rechazo a escuchar otras opiniones. En resumidas cuentas, no se trata de tener siempre la razón, sino de que no pueden soportar la posibilidad de no tenerla.
Según la psicología, otro elemento que puede afectar es la disonancia cognitiva. Esto ocurre cuando una persona mantiene dos ideas contradictorias y se ve obligada a justificar una de ellas para evitar malestar. En ese proceso, se suele reforzar la creencia inicial para reducir la incomodidad mental, incluso si los hechos demuestran lo contrario.
Cómo afecta la personalidad a pensar que siempre tenemos la razón
Los rasgos de nuestra personalidad también influyen en cómo enfrentamos cualquier debate o discusión. En casos extremos, las personas narcisistas no suelen tolerar que se cuestione su criterio. Al final, es un tipo de falta de autoestima.
Para ellas aceptar que han cometido un error equivale a una amenaza que puede poner en riesgo su salud mental. En estas circunstancias el deseo de tener siempre la razón se convierte en una parte más de su personalidad.
También vinculado a la falta de autoestima, pero sin ese factor de arrogancia, hay personas que siempre quieren tener la razón por miedo al rechazo. ¿Cómo es eso posible? Según la psicología, algunos individuos creen que si se equivocan delante de otros podrían ser identificados como menos válidos o perder su respeto.
Paradójicamente, lo que nos suele ocurrir con la gente que cree tener la verdad absoluta es que empezamos a tener menos en cuenta sus opiniones.