¿Qué significa tener un pez como mascota, según la psicología?

Algunos psicólogos defienden que tener un pez puede ayudar a nuestra estabilidad mental y a combatir la soledad

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Pecera.

La relación entre los humanos y los animales sigue atrayendo la atención de la psicología. Aunque a menudo pasan desapercibidos frente a los perros o los gatos, los peces son una de las mascotas más comunes en los hogares españoles.

Esto tiene una explicación práctica: tienen una presencia tranquila, sirven como decoración y sus cuidados son relativamente sencillos. Por ello, se han convertido en una opción ideal para quienes quieren convivir con animales pero sin gastar demasiado tiempo y dinero.

Sin embargo, esa no es la única razón por la que muchas personas tienen a un pez como mascota. Los psicólogos han encontrado una explicación.

La relación entre tener un pez y la personalidad, según la psicología

Según una investigación realizada por las universidades de Plymouth y Exeter en Reino Unido, las personas que tienen acuarios en casa o en el trabajo tienden a buscar ambientes relajantes y disfrutan de la tranquilidad.

El estudio, publicado en la revista científica Environment and Behavior, concluyó que observar peces en un acuario puede reducir la frecuencia cardiaca y la presión arterial, generando un efecto calmante inmediato y perceptible.

Por tanto, tener peces como mascota está estrechamente relacionado con una personalidad reflexiva, tranquila y observadora. Las personas que eligen peces suelen valorar la paz, la estabilidad y el silencio, y prefieren evitar situaciones de estrés o ambientes demasiado caóticos.

Además, ver nadar a los peces contribuye a mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad, según confirma la psicología. Por esta razón, es habitual encontrar acuarios en hospitales, clínicas dentales o residencias de ancianos, donde cumplen una función terapéutica al calmar a los pacientes.

Beneficios psicológicos de tener peces como mascotas

Los beneficios de tener peces no sólo son percepciones subjetivas, sino que están respaldados por la evidencia científica.

Por ejemplo, el ya mencionado estudio de las universidades británicas demostró que cuanto mayor es la diversidad de peces y plantas en el acuario, mayor es el efecto positivo en la reducción del estrés.

Además, interactuar con animales, incluso cuando son peces, ayuda a mejorar la salud mental, combate la soledad y proporciona compañía emocional, algo especialmente relevante para personas mayores o que viven solas.

La psicología encuentra otra ventaja a tener peces en casa

Aunque los peces no demandan paseos ni juegos, siguen necesitando cuidados esenciales: limpieza del acuario, alimentación y mantenimiento del entorno. Según los psicólogos, esta responsabilidad diaria es muy positiva para personas que buscan mantener una rutina o que necesitan motivación para cuidar de otro ser vivo.

Por ello, algunas corrientes de la psicología han insinuado que tener un pez como mascota es una buena primera toma de contacto con los animales para los niños.

Quizás no estén preparados para cuidar de un perro y acabarán siendo los padres los que acaben asumiendo la responsabilidad.

En cambio, con la supervisión necesaria, un niño puede hacerse cargo de todo lo que necesita un pez para vivir feliz como mascota. Además, tienen una esperanza de vida escasa, por lo que acabará siendo una oportunidad para que tus hijos entiendan cómo funciona el proceso vital.

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