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Todos tenemos nuestras costumbres al volante, y nos definen más de lo que pensamos. Sin embargo, hay una que demuestra lo peor (o lo mejor) de nosotros mismos: que nos adelante otro coche que va más rápido que nosotros. Según cómo reaccionemos, la psicología tiene algo que decirnos.
Igual no ha habido una maniobra especialmente agresiva ni peligrosa, pero el hecho de ver cómo otra persona nos rebasa, ya nos produce algo dentro que no se puede explicar.
Si alguna vez has sentido una leve molestia cuando te adelantan, un pequeño enfado o hasta el impulso de pisar acelerador a fondo para responder, la psicología tiene algo que decirte.
La psicología explica por qué nos molesta que nos adelanten en la carretera
Cuando alguien nos adelanta, el cerebro no siempre lo interpreta como una simple maniobra más en la carretera. En muchos casos, lo vive como una forma de quedarse atrás.
Quizás te suene exagerado, pero lo cierto es que culturalmente hemos asociado ir por delante con tener ventaja, ganar o ser superior. Esa mentalidad está tan arraigada que incluso se manifiesta en situaciones tan mundanas como la conducción.
El pensamiento no siempre es consciente ni significa que te tomes la carretera como un Gran Premio de Fórmula 1, pero en el fondo de nosotros notamos esa ligera molestia cuando nos adelantan. Para la psicología, lo que nos enfada no es que otro coche nos sobrepase, sino la sensación de ser superados.
En ese sentido, lo que entra en juego es el ego. Pese a que nadie está compitiendo directamente contigo, la mente lo interpreta como una pérdida momentánea de estatus, como si te hubieran relegado a un segundo plano.
Explicación psicológica de por qué tenemos que ser los que controlan la situación cuando conducimos
Otro factor que contribuye a esta reacción emocional es la necesidad de control. En la carretera, como en muchos otros aspectos de la vida, las personas buscan tener el dominio de su entorno.
Conducir es una actividad que exige concentración, atención y capacidad de respuesta. Dentro del vehículo, cada uno tiene su propio ritmo, su estilo y su espacio, pero si alguien invade ese orden personal, por ejemplo adelantándonos, nuestra reacción va a ser enfadarnos.
Algunos lo perciben como una intrusión. Ahí no importa que no haya una infracción al volante, lo que nos molesta es percibir que han roto nuestra zona de confort, lo que puede generar una respuesta a la defensiva. Eso basta para activar la irritación.
Consejos psicológicos para no enfadarnos cuando nos adelantan en la carretera
La clave está en entender que la carretera no es una competición deportiva. Cada coche tiene su ritmo, su destino y sus circunstancias.
Lo que para uno es un simple adelantamiento, para otro puede convertirse en una fuente innecesaria de estrés si no aprende a gestionar sus emociones.
En lugar de responder con molestia, es útil preguntarse si realmente es tan importante que nos hayan adelantado. En la mayoría de los casos la respuesta es un no rotundo. Ser conscientes de nuestras reacciones automáticas ayuda a reducir el estrés al volante y mejora la seguridad.