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Hay veces donde nos excedemos queriendo agradar a los demás, y eso provoca que nos hagamos de menos; por ejemplo, evitando hablar de nosotros mismos o decir «yo». La psicología ha querido explicar por qué esto es más importante de lo que pensamos en una conversación.
Puedes creer que es algo insignificante, pero los especialistas en el lenguaje consideran que esta omisión del «yo» guarda una relación muy estrecha con la manera en la que una persona percibe su identidad, se relaciona con los demás y gestiona sus emociones.
No se trata de un simple hábito lingüístico, sino que a nivel psicológico puede ser el reflejo mental de una estrategia para protegernos de nuestras propias inseguridades, culpas o de la necesidad de ser aceptados por el grupo.
Por qué la psicología relaciona el «yo» con la responsabilidad personal
Uno de los aspectos que más destacan los psicólogos es que el pronombre «yo» está vinculado con la asunción de responsabilidad. Es decir, expresiones como «yo me equivoqué» o «yo decidí hacerlo así» sitúan a quien habla en el centro de la acción.
Quienes son tímidos suelen rechazar esta posición, ya que hace que se vean obligados a mostrar una identidad definida. En cambio, optar por fórmulas impersonales como «se cometieron errores» o «las cosas salieron mal» consiguen un distanciamiento emocional.
Este recurso se observa tanto en conversaciones cotidianas como en discursos públicos. En el ámbito político, por ejemplo, es frecuente que los líderes eviten el «yo» para diluir la carga de sus decisiones y presentarlas como algo compartido.
Desde el punto de vista de la psicología, esto no siempre responde a una estrategia consciente, sino que puede surgir como un mecanismo automático para proteger la autoestima.
Por qué no decir «yo» es importante a nivel psicológico
Investigaciones en psicología clínica han mostrado que el uso del lenguaje es un reflejo del estado de ánimo. La ausencia del pronombre personal en los relatos de una persona puede indicar que atraviesa un momento de ansiedad, depresión o desconexión con su propia identidad.
Aunque parezca una tontería, no ser capaz de hablar en primera persona y optar por expresiones más generales e impersonales transmite de forma indirecta una dificultad seria para conectar con nuestras emociones.
Algunos expertos en el estudio del lenguaje han llegado a señalar que este rasgo es típico en personas con una baja autoestima porque creen que sus opiniones carecen de importancia. Con esta práctica consiguen invisibilizarse durante una conversación.
No todo es psicología: por qué algunas personas no dicen «yo» cuando hablan
En nuestra sociedad el individualismo afecta a nuestras relaciones, pero no todos los contextos son iguales. Por ejemplo, en lugares de tradición colectivista, como en ciertas partes de Asia, la primera persona se emplea con menor frecuencia porque prevalece la noción de grupo.
La educación también juega un papel clave. Hay familias en las que se enseña a hablar de manera más impersonal para transmitir modestia, mientras que en otros entornos se fomenta el uso de la primera persona como símbolo de confianza y liderazgo.