De una forma inconsciente todos los seres humanos caemos en pequeños gestos comunes que pueden denotar muchas más cosas sobre nosotros mismos de las que queremos. Por suerte, la psicología ha encontrado una explicación científica a la gran mayoría y ahora puedes aprovecharlo a tu favor.
Si conoces el significado de gestos como rascarse la cabeza o cómo mantienes la mirada en una conversación, vas a poder tener un mayor control de la situación. Por ejemplo, vas a tomar conciencia sobre tu propio cuerpo y podrás limitar tus movimientos. De la misma manera, si te fijas en las actitudes de los demás podrás redirigir la conversación hacia tus intereses.
Aunque todo depende del contexto, el gesto de rascarse la cabeza mientras hablas tiene unos significados muy claros. La psicología vincula este comportamiento a una combinación de factores emocionales y cognitivos que desvelan mucha información sobre nosotros mismos.
Rascarse la cabeza como símbolo de duda
Uno de los significados más comunes asociados a rascarse la cabeza es la confusión o incertidumbre. Cuando una persona se enfrenta a una situación que no comprende del todo, su cuerpo puede reflejar ese estado mental.
La cabeza es una zona muy simbólica, relacionada con el pensamiento y el procesamiento de información. Así que, cuando alguien se rasca la cabeza, podría estar intentando aliviar la tensión interna causada por la falta de claridad.
Si pensamos en nuestro cerebro como un ordenador, podríamos decir que rascarse la cabeza es un gesto involuntario que hacemos para indicar que estamos procesando información o intentando resolver una situación compleja y que no acabamos de comprender.
Por ese motivo, la psicología nos ha enseñado que si no queremos dar la sensación de que no entendemos sobre un tema o que nos estamos perdiendo en la conversación, deberíamos intentar no rascarnos la cabeza. En cambio, si nuestra intención es expresar abiertamente que tenemos dudas, este gesto es una opción discreta y que nuestro interlocutor comprenderá.
La psicología relaciona rascarse la cabeza con la ansiedad
Para muchas personas rascarse la cabeza es un tic nervioso para intentar liberar presión cuando están ansiosos. En los casos más extremos pueden generar problemas en el pelo o incluso hacerse pequeñas heridas en la cabeza.
Es una manera de intentar canalizar la incomodidad emocional y, sobre todo, cuando no se ha corregido en la infancia, puede dar un aspecto muy negativo en público. Es un gesto de que la situación te ha abrumado y sufres una sobrecarga emocional así que en el ámbito laboral jamás deberías hacerlo.
La necesidad de calmarse a través de este pequeño movimiento es comparable a otros gestos que realizamos inconscientemente cuando estamos tensos, como morderse las uñas o jugar con el pelo.