Adolescentes con problemas psicológicos pasan 50 minutos más al día en redes sociales, según estudio de Cambridge

La publicación, difundida en una revista científica, revela diferencias en cómo los adolescentes interactúan con el entorno digital

adolescentes con problemas psicológicos

Adolescentes usando sus teléfonos celulares

Un estudio desarrollado por el Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Cambridge puso de manifiesto que los adolescentes con problemas psicológicos pasan una media de 50 minutos diarios más en redes sociales que aquellos sin este tipo de diagnósticos. La investigación, publicada en la revista Nature Human Behaviour, se basa en datos recogidos de 3.340 adolescentes británicos de entre 11 y 19 años.

El análisis se llevó a cabo mediante evaluaciones clínicas realizadas por profesionales de salud mental. Estas incluyeron entrevistas tanto con los propios adolescentes como, en ciertos casos, con sus padres y profesores. El objetivo fue comparar el uso de redes sociales entre jóvenes con y sin trastornos psicológicos clínicamente diagnosticados, como ansiedad, depresión o TDAH.

¿Cuál es la relación que los adolescentes con problemas psicológicos mantienen con las redes sociales?

Este estudio nació de una encuesta estatal realizada por el sistema de salud del Reino Unido (NHS Digital) a 3.340 adolescentes de entre 11 y 19 años. Todos los participantes fueron evaluados por profesionales clínicos, quienes además entrevistaron a padres y docentes para contrastar información.

Entre los datos más destacados figura que los adolescentes con problemas psicológicos pasaban una media de 50 minutos más al día en redes sociales que sus compañeros sin diagnóstico. Esta cifra se obtuvo tras comparar las respuestas autodeclaradas sobre el uso diario de redes sociales, estimadas a partir de rangos horarios.

Este exceso no sólo representa más tiempo frente a la pantalla. También implica mayor exposición a dinámicas como la comparación social, la sensibilidad a los comentarios o la falta de autocontrol digital, factores que pueden afectar al estado emocional. En términos acumulativos, esos 50 minutos diarios suponen más de 25 horas al mes de interacción adicional con plataformas sociales.

En esta misma línea, otro de los hallazgos clave del estudio es que los adolescentes con trastornos conocidos como internalizantes (como la ansiedad o la depresión) presentan una mayor propensión a compararse negativamente con otros usuarios. Según los datos:

En contraste, los adolescentes con trastornos externalizantes (como el trastorno por déficit de atención o problemas de conducta) no reflejaron diferencias significativas en este tipo de conductas, más allá del tiempo total de uso de las plataformas.

Luisa Fassi, investigadora principal del estudio, subraya que no se ha establecido una relación causal entre el uso de redes y los síntomas psicológicos. Según explica, los trastornos podrían influir en la forma en que los jóvenes interactúan en línea, o el uso intensivo de estas plataformas podría contribuir al desarrollo o agravamiento de los síntomas. En cualquier caso, la diferencia de comportamiento digital es evidente.

Impacto clínico y necesidad de mayor investigación

Para evaluar la relevancia de estos resultados, el equipo de Cambridge comparó el impacto del uso de redes sociales con otros factores reconocidos en la literatura clínica, como el sueño o el ejercicio físico. Se buscó establecer un marco de referencia que permita a futuros estudios profundizar en la relación entre adolescentes con problemas psicológicos y su entorno digital.

Otros aspectos detectados en el estudio incluyen:

A pesar de estas observaciones, la investigación no aborda plataformas específicas ni incluye información cualitativa directa proporcionada por los adolescentes. Esto ha sido señalado como una limitación por otros expertos, como Rina Dutta, catedrática de Psiquiatría en el King’s College de Londres, quien ha afirmado en declaraciones recogidas por el Science Media Centre del Reino Unido que se echa en falta la inclusión de la voz de los jóvenes.

«La clave está en promover un uso seguro que favorezca la salud mental», señaló Dutta. Aunque el estudio destaca ciertos riesgos, no niega que las redes puedan ofrecer beneficios en determinados contextos, como la reducción del aislamiento social.

Desde la Universidad de Cambridge, la coautora Amy Orben señala que estos resultados pueden servir de base para futuras intervenciones clínicas o educativas, aunque advierte que apenas se ha arañado la superficie del problema.

¿Qué le depara a la salud mental juvenil?

Este estudio se enmarca dentro de una preocupación más amplia por el estado de la salud mental juvenil. Datos recientes del Reino Unido indican que uno de cada seis jóvenes entre 7 y 16 años presenta un trastorno mental probable. En el grupo de 17 a 19 años, la proporción sube a uno de cada cuatro.

En este contexto, la investigación de Cambridge resalta la necesidad de tener en cuenta perfiles clínicos diferenciados al analizar el impacto del entorno digital. La mayoría de estudios anteriores habían utilizado cuestionarios estandarizados, sin segmentar a los participantes según diagnósticos específicos.

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