Ni fútbol ni ajedrez: el juego de toda la vida que mejora la motricidad y creatividad de los niños menores de 10 años

Lejos de las pantallas, este entretenimiento popular ofrece múltiples ventajas para el aprendizaje práctico

Motricidad y creatividad de los menores

Niños jugando a las chapas

La infancia está marcada por etapas de desarrollo fundamentales, especialmente durante los primeros 10 años de vida. En este periodo, el cuerpo y el cerebro están en constante crecimiento. Por ello, la elección de actividades lúdicas no es aleatoria: ciertos juegos promueven habilidades que se integran luego en el aprendizaje escolar y la interacción social. En el entorno educativo y familiar, cada vez hay más interés en herramientas accesibles que refuercen aspectos como la motricidad y creatividad de los niños menores.

Lejos de las soluciones comerciales, algunos pasatiempos tradicionales cumplen esta función de forma eficaz y económica. Uno de los más relevantes, con fuerte arraigo en España, es el juego que estamos por develar a continuación.

El juego de toda la vida que mejora la motricidad y creatividad de los niños menores de 10 años

Esperamos que al leer esta respuesta no te pongas nostálgico, porque el juego que mejora la motricidad y creatividad de los niños no es nada más y nada menos que el de las chapas.

Las chapas no solo formaban parte del entretenimiento infantil en calles, barrios y pueblos, sino que también dieron lugar a un entorno de experimentación particular. Se utilizaban chapas decoradas con imágenes de ciclistas o futbolistas, y muchas eran modificadas con materiales como plomo (aplanado y recortado para encajar en su interior) o masilla de ventanas. Algunas incluso se revestían con pasta de papel, aportando distintas texturas y pesos al juego.

Y por cierto, el juego de chapas no sólo proporciona entretenimiento, también estimula capacidades esenciales en el desarrollo.  Entre las ventajas más destacadas se encuentran:

Modalidades más comunes del juego de chapas

El juego de chapas se adapta a distintos formatos según la creatividad del grupo. Algunas de las variantes más conocidas son:

Las ventajas de un juego accesible y sin coste para mejorar la motricidad y creatividad de los niños

Una de las razones por las que este pasatiempo sigue vigente es su accesibilidad. No requiere más que chapas metálicas recicladas. A menudo, los niños las decoran con pegatinas, dibujos o símbolos para diferenciarlas. Esto, a su vez, añade un componente artístico que potencia aún más la creatividad de los niños menores.

En su origen, las chapas de ciclistas o futbolistas eran populares, especialmente durante el verano, cuando el juego se trasladaba a la calle o a la playa. Hoy en día, muchas escuelas lo han recuperado como herramienta didáctica.

Porque, en el fondo, no se trata de volver atrás, sino de rescatar lo esencial. Aquello que nos hizo ser quienes somos. Las chapas fueron una excusa, un lenguaje, una puerta abierta a la imaginación compartida. Un juego sencillo que albergaba todo un universo de vínculos, de creatividad y de identidad. Tal vez hoy toque otra cosa, otra pantalla, otro modo. Pero el valor de estar y de crear juntos, sigue siendo el mismo. Y merece ser recordado. Y, si se puede, recuperado. Aunque sea por un rato.

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