Ni ciencia ni matemáticas: la asignatura olvidada que agudiza la mente de los niños y está subestimada en España

Esta disciplina no figura entre las más valoradas por los currículos oficiales, ni suele priorizarse en las evaluaciones

Mente de los niños

Niña con una máscara teatral

En los planes educativos actuales, hay una asignatura que rara vez encabeza los debates sobre innovación pedagógica. Sin embargo, su impacto en el desarrollo integral de la mente de los niños es innegable. Ignorada en muchas aulas y relegada a una actividad extracurriculares, esta disciplina es clave para el crecimiento emocional, social y cognitivo de la infancia.

Porque recordemos que en las etapas iniciales del desarrollo infantil, cualquier experiencia significativa deja huella. Los primeros aprendizajes no sólo construyen la base de habilidades cognitivas, también moldean las capacidades sociales.

¿Cuál es la asignatura que agudiza la mente de los niños y es subestimado por los españoles?

Aunque pocos lo tengan presente, el teatro escolar, aunque a menudo excluido de las asignaturas centrales, desempeña un papel clave en este proceso de desarrollo cognitivo.

No se trata únicamente de representar obras. El teatro, como metodología educativa, implica una serie de dinámicas que activan distintas áreas del desarrollo infantil. Utiliza el juego simbólico, el movimiento corporal, la voz y la colaboración grupal como recursos didácticos.

Estas prácticas no buscan formar actores, sino potenciar funciones esenciales en la mente de los niños: atención, memoria, lenguaje, autorregulación y empatía.

La actividad teatral, cuando se introduce desde edades tempranas, permite a los menores identificar emociones, gestionar frustraciones y fortalecer su autoconcepto. Por medio de los personajes y las historias representadas, se favorece la expresión de pensamientos que muchas veces no encuentran salida por otras vías. A la vez, mejora la comprensión de otras perspectivas, fomentando la empatía de forma natural.

¿Cuáles son los beneficios de implementar el teatro en las aulas?

El teatro estimula de forma simultánea funciones mentales fundamentales. Estos son algunos de los beneficios identificados en investigaciones y prácticas docentes:

Todo esto tiene un impacto directo en la mente de los niños. Al enfrentarse a personajes o escenas que implican emociones complejas, deben entender lo que sienten otros, adaptar sus respuestas y reflexionar sobre la conducta. Son ejercicios de pensamiento crítico disfrazados de juego.

En contextos escolares, el teatro puede utilizarse de forma transversal. Por ejemplo, representar un juicio histórico permite revisar conocimientos de Ciencias Sociales; adaptar una escena en inglés refuerza competencias lingüísticas; y montar una obra con elementos científicos contribuye a la comprensión de fenómenos naturales. Esta flexibilidad hace del teatro una herramienta valiosa, incluso en materias tradicionalmente consideradas «duras».

¿Cómo se puede introducir al teatro en los distintos sistemas educativos?

El teatro escolar se adapta bien a las distintas etapas del desarrollo. En Educación Infantil, el foco está en el juego simbólico. Los niños interpretan roles cotidianos y desarrollan confianza en sus capacidades. En Primaria, se integran guiones simples y dinámicas de grupo. En Secundaria, el teatro puede complejizarse, abordando contenidos críticos o expresiones más elaboradas.

Estas son algunas claves para introducirlo con eficacia:

¿Por qué es tan importante el teatro para agudizar la mente de los niños?

Aunque las ciencias y las matemáticas ocupan un lugar central en la educación, su predominio ha relegado otras formas de aprendizaje igual de necesarias. La mente de los niños no se forma únicamente resolviendo problemas numéricos o aprendiendo fórmulas. Necesita experimentar, expresar, crear y empatizar. El teatro proporciona ese entorno, sin imponerlo.

La revista ‘Mamakuna‘ ya destacó en una de sus entregas la relevancia de la pedagogía teatral para facilitar el desarrollo de la personalidad en el preescolar. También, un egresado de la Universidad de Valladolid, en su trabajo fin de grado sobre Educación Infantil (2024), incluyó propuestas concretas para integrar la dramatización en las aulas como método estructurado de enseñanza.

Por último, conviene recordar que no es necesario formar actores. Lo esencial es ofrecer un espacio donde el niño pueda jugar a ser otro, comprenderlo y dialogar con él. Ese simple ejercicio simbólico, repetido y guiado, activa zonas de la mente infantil que ninguna otra asignatura toca de forma tan directa.

Salir de la versión móvil