Ácido azelaico para el acné: cómo usar correctamente y precauciones a tener en cuenta

ácido azelaico para el acné

Joven con la mitad de la cara con acné y la otra mitad sin.

El ácido azelaico para el acné se ha convertido en uno de los tratamientos más buscados y recomendados por dermatólogos alrededor del mundo. Este ingrediente activo, derivado de los granos de cereales como el trigo, la cebada y el centeno, está considerado como ya os explicamos tiempo atrás, como el nuevo retinol, pero además ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del acné gracias a sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. A continuación, exploraremos en detalle cómo utilizar correctamente el ácido azelaico para obtener los mejores resultados y las precauciones que se deben tener en cuenta para evitar posibles efectos secundarios.

El uso de ácido azelaico para el acné no sólo se limita a tratar las lesiones activas, sino que también juega un papel crucial en la prevención de futuras brotes y en la mejora de la apariencia general de la piel. Este tratamiento, a diferencia de otros agentes tópicos más agresivos, es conocido por su relativa suavidad, lo que lo hace adecuado para una amplia gama de tipos de piel, incluidos aquellos con piel sensible. Además, el ácido azelaico ayuda a reducir la hiperpigmentación post-inflamatoria, una preocupación común para muchas personas que sufren de acné.

Con el creciente interés en el ácido azelaico para el acné, es fundamental comprender cómo integrarlo adecuadamente en tu rutina de cuidado de la piel. Aunque es un tratamiento eficaz, su uso indebido puede llevar a irritaciones o a una menor efectividad. En las siguientes secciones, proporcionaremos una guía completa sobre cómo utilizar el ácido azelaico, desde la selección del producto adecuado hasta los pasos específicos de aplicación y las precauciones necesarias para maximizar sus beneficios y minimizar cualquier riesgo.

¿Qué es el ácido azelaico?

El ácido azelaico es un ácido dicarboxílico natural que se encuentra en varios granos y es producido naturalmente por la levadura que vive en nuestra piel. Tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y queratolíticas, lo que significa que ayuda a prevenir la acumulación de células muertas en los folículos pilosos, reduciendo así el riesgo de obstrucciones que pueden llevar al acné. Además, el ácido azelaico también es eficaz para tratar la rosácea y la hiperpigmentación.

Cómo usar correctamente el ácido azelaico

Selección del producto

La elección del producto adecuado es el primer paso crucial. El ácido azelaico para el acnë está disponible en diversas concentraciones, siendo las más comunes al 10% y al 20%. Para quienes recién comienzan, se recomienda iniciar con una concentración más baja para permitir que la piel se adapte al tratamiento. Los productos se presentan en diferentes formatos, incluyendo cremas, geles y espumas. Es importante seleccionar un formato que se adapte mejor a tu tipo de piel y tus necesidades específicas.

Preparación de la piel

Antes de aplicar el ácido azelaico para el acné, es esencial limpiar bien la piel con un limpiador suave y secar completamente. Evita el uso de limpiadores agresivos que puedan irritar la piel. La piel debe estar completamente seca antes de la aplicación para prevenir posibles irritaciones.

Aplicación del ácido azelaico

Aplica una cantidad pequeña del producto (del tamaño de un guisante) en las áreas afectadas por el acné. Es importante esparcirlo de manera uniforme y evitar el área de los ojos, labios y membranas mucosas. Inicialmente, se recomienda aplicar el producto una vez al día, preferiblemente por la noche, para evaluar la tolerancia de la piel. Si no se observa irritación significativa, la aplicación puede aumentarse a dos veces al día.

Hidratación y protección solar

Después de aplicar el ácido azelaico, es fundamental utilizar un buen hidratante para mantener la barrera cutánea saludable. La protección solar diaria también es imprescindible, ya que el ácido azelaico puede aumentar la sensibilidad de la piel al sol. Usa un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30.

Precauciones a tener en cuenta

Posibles efectos secundarios

Aunque el ácido azelaico para el acné es generalmente bien tolerado, algunas personas pueden experimentar efectos secundarios como enrojecimiento, picazón, ardor o sequedad en las áreas donde se aplica el producto. Si estos síntomas persisten o empeoran, es recomendable reducir la frecuencia de uso o consultar a un dermatólogo.

Contraindicaciones

El ácido azelaico para el acné no debe ser utilizado por personas con alergia conocida a alguno de sus componentes. Además, aunque es seguro durante el embarazo y la lactancia, siempre es mejor consultar a un médico antes de iniciar cualquier nuevo tratamiento durante estas etapas.

Combinación con otros tratamientos

Es crucial tener en cuenta que el ácido azelaico puede ser utilizado en combinación con otros tratamientos para el acné, pero siempre bajo la supervisión de un dermatólogo. Evita el uso simultáneo con otros ácidos exfoliantes fuertes, como el ácido glicólico o el ácido salicílico, para prevenir la irritación excesiva.

Beneficios adicionales del ácido azelaico

Tratamiento de la hiperpigmentación

Además de tratar el acné, el ácido azelaico es conocido por su capacidad para reducir la hiperpigmentación. Funciona al inhibir la enzima tirosinasa, que es responsable de la producción de melanina en la piel. Esto lo convierte en una opción eficaz para aquellos que buscan un tono de piel más uniforme.

Mejoras en la textura de la piel

El uso regular del ácido azelaico también puede mejorar la textura general de la piel. Ayuda a reducir la aparición de poros dilatados y suaviza la piel, dejándola con una apariencia más lisa y refinada.

El ácido azelaico para el acné es una opción de tratamiento eficaz y relativamente suave que puede beneficiar a muchas personas que luchan contra el acné y otras afecciones cutáneas. Su uso correcto, junto con las precauciones adecuadas, puede llevar a una piel más clara, suave y saludable. Sin embargo, como con cualquier tratamiento, es importante ser paciente y consistente, y siempre considerar la orientación de un profesional de la salud para obtener los mejores resultados posibles.

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