Por delante nos esperan semanas de grandes comidas y cenas, así que qué mejor momento para aprender a comer sin remordimientos porque, como dice Elisa Blázquez, nutricionista integrativa, estos días son para disfrutar. Sin embargo, nos cuenta que hay una serie de pautas que se pueden llevar a cabo para equilibrar posibles excesos en las comidas y cenas de Navidad, así como mantener una buena relación con la alimentación. Ni es bueno saltarse una comida para ‘compensar’ la cena, ni tampoco privarse de los dulces típicos navideños. La nutricionista nos explica que el sentido común es importante, además nos da algunas ideas para planificar un menú saludable.
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Descansos digestivos
Entre los días festivos, es decir, los días que no haya cenas y comidas de Navidad, se debe comer igual que el resto del año. «Hay que aprovechar las mañanas, las tardes… Para equilibrar y ayudar al cuerpo depurarse y recuperarse de un posible exceso», señala Elisa Blázquez.
Es importante hacer descansos digestivos, como no hacer más de tres comidas principales. Después de una comida o una cena navideña, al día siguiente puedes hacer un ayuno.
Los días que no son fiesta, aprovecha para comer más verduras, ensaladas… En la cenas, prueba sopas depurativas, una crema…
Más ejercicio
Muévete más. Si estás de vacaciones aprovecha para hacer ejercicio. Te ayudará, además, a controlar la ansiedad.
Dulces navideños, sí pero con moderación
«Es común empezar con los turrones, con los dulces navideños… Esos dulces solo se han de comer en días festivos y en cantidades moderadas, pero no todos los días», puntualiza la nutiriconista.
Son alimentos ricos en azúcar por lo que no se pueden considerar saludables, pero que «se toman de manera tradicional en estas fechas y no pasa nada por probarlos en las comidas de Navidad. Uno o dos, de manera puntual y con conciencia». Ha que comerlo sin ansiedad porque así es como se disfruta de verdad y se tiene una buena relación con la comida.
Llegar sin hambre a la comida o cena
Es importante presentarse a las cenas o comidas navideñas sin hambre, «porque el control es mucho más complicado», señala Elisa. Así pues, el día de la cena de Navidad o Año Nuevo, puedes comer una buena ración de verduras, un pescado o unas legumbres que sacien.
Conocer el menú es importante
Si sabes cuál es el menú podrás organizar lo que comes «y no ponernos morados desde el primer aperitivo, que luego van a venir tres o cuatro más».
«Ponerte en el plato lo que vas a comer. Si lo coges directamente de una bandeja no tendrás conciencia de lo que comes. Sin embargo, si lo pones en el plato la cantidad deseada, sabrás cuantos langostinos comes».
Más control en los acompañantes que en los platos principales
El problema de estas comidas no son los platos principales, ya que se suelen componer de buenos mariscos, carnes o pescados, sino de lo que acompañamos: dulces, alcohol, aperitivos, pan… Y eso es lo que se debe controlar.
Menú saludable
La carne, el pescado, verduras como la lombarda o una ensalada de escarola con granada, frutos secos, tomates Cherry y aguacate, espárragos blancos con mahonesa que es aceite de oliva y huevo, el marisco es rico en proteína, una carne magra, un consomé… «Todo es comida sana que se puede comer sin ningún problema y lo que hay que estar atentos es a las mezclas».
«Un menú saludable podría componerse de consomé, espárragos, ensalada, jamón, pescado al horno con una base de patatas panadera y verduras. Y luego de postre una piña de canela asada al horno», señala Elisa.