Actualmente, existen 11 millones de muertes al año a nivel mundial por enfermedades relacionadas con una dieta inadecuada. La prevención del ictus comienza con lo que comemos. Cada año, miles de personas en España sufren enfermedades cardiovasculares, muchas de las cuales son prevenibles a través de una correcta alimentación. El ictus, una de las principales causas de muerte y discapacidad a nivel global, puede reducirse considerablemente mediante modificaciones sencillas y efectivas en la dieta.
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Reducción del consumo de sal: un cambio clave en la prevención
Una de las intervenciones más eficaces para reducir el riesgo de ictus es la disminución del consumo de sal. En este contexto, sustituir la sal común, que es rica en sodio, por sal de salicornia se presenta como una opción prometedora. Esta sal vegetal contiene hasta un 80% menos de este elemento que la sal tradicional y es una fuente excelente de minerales esenciales como el magnesio, potasio, calcio y yodo. Estos nutrientes no solo ayudan a mantener una presión arterial adecuada, sino que también cuentan con propiedades antiinflamatorias que protegen el sistema cardiovascular.
La hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo para el ictus, afecta a aproximadamente el 80% de los pacientes que sufren esta condición. Dado que es una enfermedad generalmente asintomática, es fundamental realizar un seguimiento regular de la presión arterial. Reducir la ingesta de sodio a menos de 20 mg diarios y elegir alimentos bajos en sodio son pasos cruciales para mantener una salud cardiovascular óptima.
Mayor riesgo cardiovascular en mujeres postmenopáusicas
Es relevante destacar que las mujeres en la etapa postmenopáusica presentan un riesgo superior al de los hombres de padecer enfermedades cardiovasculares. Por esta razón, se recomienda que todas las mujeres a partir de los 40 años se sometan a una revisión cardiológica anual. La prevención mediante el control periódico de la salud cardiovascular es significativa para detectar posibles problemas de manera precoz.
Suplementos alimenticios: aliados en la prevención del ictus
Además de una dieta equilibrada, los complementos alimenticios pueden desempeñar un papel importante en la prevención del ictus y en la mejora de la salud cardiovascular. En este sentido, Omega Plus es una opción que combina ácidos grasos esenciales, conocidos por su capacidad para reducir la inflamación y mantener el equilibrio lipídico en el organismo. Entre sus principios activos se incluyen:
•DHA (Ácido docosahexaenoico)
•Aceite de onagra
•Aceite de lino
•Vitamina E
Por otro lado, la coenzima Q10 es un potente antioxidante que favorece el metabolismo celular y la producción de energía, además de protegerlas del daño oxidativo. Sus principios activos comprenden:
•Coenzima Q10
•Aceite de girasol
•Lecitina de girasol
•Cera amarilla
•Glicerina
•Óxido de hierro rojo
Otro complemento altamente recomendable es el Magnesio 3, que, a través de su formulación, ayuda a aliviar la fatiga, regular los latidos del corazón y mejorar la función cardiovascular. Entre sus componentes destacan:
•Óxido de magnesio
•Carbonato de magnesio
•Citrato de magnesio
Superalimentos para una salud cardiovascular óptima
Además de los complementos alimenticios, ciertos alimentos se han identificado como aliados clave para mantener un sistema cardiovascular saludable. Entre los más destacados se encuentran:
•Remolacha: Su alto contenido en nitratos se convierte en óxido nítrico en el organismo, un compuesto que mejora la circulación sanguínea y contribuye a la reducción de la presión arterial a través de la vasodilatación.
•Uvas: Los polifenoles y el resveratrol que contienen poseen potentes propiedades antioxidantes, mejorando la elasticidad y resistencia de los vasos sanguíneos.
Ajo añejado: beneficios para el sistema cardiovascular e inmunológico
El ajo añejado es un suplemento natural que ofrece múltiples beneficios para la salud, especialmente para el sistema cardiovascular e inmunológico. Este tipo de ajo, que es fermentado y madurado durante un período de tiempo, potencia las propiedades beneficiosas de los compuestos activos del ajo, como la alicina, de manera más óptima y con mayor biodisponibilidad.
1. Salud cardiovascular: El ajo añejado ha demostrado ser eficaz en la regulación de la presión arterial y la mejora de la circulación sanguínea. Su consumo habitual ayuda a reducir el colesterol LDL (conocido como malo) y favorece la elasticidad de las arterias, lo que contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, los compuestos presentes en el ajo añejado tienen un efecto anticoagulante, reduciendo el riesgo de formación de coágulos.
2. Sistema inmunológico: Este tipo de ajo también es conocido por sus propiedades inmunoestimulantes. Sus compuestos bioactivos refuerzan la respuesta inmunitaria, mejorando la defensa del organismo contra infecciones y enfermedades. Puede aumentar la actividad de las células inmunológicas, como los linfocitos y macrófagos, que son fundamentales para combatir patógenos.
3. Potente antioxidante y neutralizador de radicales libres: El ajo añejado posee un fuerte poder antioxidante que ayuda a combatir los efectos causados por los radicales libres. Estos radicales son moléculas inestables que, en exceso, pueden dañar las células y contribuir al envejecimiento prematuro y al desarrollo de enfermedades crónicas. Sus antioxidantes neutralizan estos radicales libres, protegiendo las células del estrés oxidativo y promoviendo la salud celular.
En resumen, no solo es un aliado para la salud cardiovascular e inmunológica, sino que también ofrece propiedades antioxidantes excepcionales que lo convierten en un suplemento natural de gran valor.
Otro de los beneficios viene a través de las nueces. El consumo diario de 30 gramos ha demostrado reducir los niveles de colesterol LDL y favorecer la elasticidad arterial.
Conclusión: La prevención del ictus comienza con decisiones cotidianas.
Prevenir el ictus no requiere medidas drásticas ni cambios complejos en el estilo de vida. Con simples ajustes, como sustituir la sal convencional por sal de salicornia, reducir la ingesta de alimentos procesados y llevar un estilo de vida activo, es posible reducir considerablemente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además, es esencial realizar un seguimiento médico regular para controlar factores como la glucosa en sangre, la presión arterial y los niveles de colesterol, determinantes para un perfil cardiovascular saludable.
Huir del sedentarismo e incorporar ejercicios de cardio y fuerza en tu rutina diaria es clave para aumentar tu capacidad pulmonar y mejorar tu miocardio.
Incorporar superalimentos ricos en antioxidantes y nitratos, y complementar la dieta con ácidos grasos esenciales, magnesio y coenzima Q10, son estrategias efectivas para reducir el riesgo de ictus. La prevención comienza con las elecciones diarias, y las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida impactan directamente en la salud cardiovascular.