La ortodoncia invisible es un tratamiento que se ha popularizado mucho en los últimos años gracias a su practicidad y discreción. Sin embargo, hay muchos mitos y verdades alrededor de este producto. En COOLthelifestyle hemos tenido la oportunidad de hablar con Estela Arias, especialista en cirugía ortognática y Country Medical Director de Impress.
Estela cuenta con más de 25 años en el sector de la ortodoncia y estética dental. Gracias a su alta preparación y conocimientos en fisiología de la respiración y desarrollo de protocolos para los tratamientos de ortopedia infantil y de adulto asociados a la apnea del sueño, entra a Impress para dirigir los protocolos del equipo médico de la compañía, buscando la excelencia en cada caso clínico.
Nuestra protagonista de hoy nos contará los secretos mejor guardados y más exitosos de la marca líder en el sector, Impress, y nos ayudará a desbancar todos los mitos y verdades sobre la ortodoncia invisible.
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Mito: la ortodoncia invisible no trata todas las maloclusiones ni todas las edades
«Los alineadores hoy por hoy trabajan todas las maloclusiones, todas son aceptadas por el alineador gracias a la tecnología desarrollada. Y desde edades infantiles. En Impress empezamos incluso con niños de seis a siete años, hasta pacientes de 76 a 80 años. No hay límites en ese sentido. El alineador es una evolución de la especialidad de ortodoncia en cuanto al material, pero evidentemente trabajará todas las mismas maloclusiones que cualquier paciente tenga y que antes se atendían solamente con brackets».
Mito: la ortodoncia invisible duele
«Muchos pacientes preguntan si los alineadores duelen. No, no hay molestias, sí hay la sensación de presión, pero no hay un dolor como el que reflejan los brackets. El paciente puede comer cómodamente sin que no haya ningún diente que le ofrezca una molestia. Esto se debe a la gran elasticidad que se ha conseguido en el desarrollo de los plásticos».
Mito: se tarda más con la ortodoncia invisible que con los brackets
«El talón de Aquiles siempre ha sido los largos tiempos de la ortodoncia. 36 meses, 24 meses como mínimo y en el mejor de los casos, 18. ¿Qué pasa? La ortodoncia siempre estaba hecho bajo parámetros de ojo humano. La habilidad del ortodoncista contaba para saber si colocaba bien los brackets o no, y entonces el desarrollo del caso se daba con éxito o se ralentizaba.
En este momento todo depende de un escáner dental de archivos STL que se procesan y que mediante algoritmos se dan las posiciones de los dientes, buscando la situación ideal de la oclusión para que dé una buena función masticatoria. Todo eso, al valerse en este momento de inteligencia artificial y algoritmos, permite que los tiempos de la ortodoncia sean precisos. El algoritmo sabe exactamente cuántos grados va a mover, en qué posición va a ubicar y en cuánto tiempo y en cuántos alineadores lo va a hacer. Por tanto, nosotros podemos cumplir con los tiempos de tratamiento que establecemos, que ahora se reducen a seis meses, a doce meses o 18 meses como máximo. Esto marca una enorme diferencia frente a la ortodoncia convencional».
Mito: nadie me va a poder atender si me mudo de país o hago un viaje y tengo una urgencia
«El paciente siempre tiene las mismas dudas. ¿Y si me voy a Londres, qué va a pasar? Nosotros desde nuestra fábrica enviamos el caso en concreto, se envía a domicilio, incluso al pueblecillo más recóndito de Inglaterra y ahí se dirige a la clínica más cercana que tenga el paciente. En Inglaterra hay atención, las mismas 24 horas. Y si es un viaje temporal, pues de igual manera existe la comodidad de la aplicación, con la que el paciente no se deslinda de nuestro control porque continúa con ella los controles semanales. Y si al paciente hay que enviarle un caso de refinamiento a ese país donde se encuentra, lo enviamos también donde él esté».
Mito: en cuanto deje de utilizarlos, mis dientes volverán a cómo estaban antes
«Los dientes tienen una enorme capacidad de movimiento. Los dientes en todo paciente van a continuar su movimiento a lo largo de la vida. Por lo tanto, el proceso de post tratamiento es vital para nosotros. En Impress no colocamos retenedores fijos, ni alambres, con los pacientes de ortodoncia. No los utilizamos porque es un retenedor que básicamente complica la salud periodontal del paciente. La salud de las encías. ¿Por qué? Porque acumula sarro en zonas donde el paciente no va a detectar que se está acumulando este sarro y con el paso de los años esto se puede convertir en un severo problema en las encías y en el hueso.
El sarro va introduciéndose dentro de la encía y atacando al hueso, destruyendo, causando movilidad en las piezas anteriores, superiores e inferiores, donde el retenedor fijo normalmente es instalado. Nosotros utilizamos únicamente retenedores del mismo material que los alineadores, con un grosor mayor y la suficiente rigidez para no permitir que ningún diente recidiva o vuelva a la posición inicial. Solo pedimos que el paciente lo use todas las noches como su pijama, se coloque el retenedor durante el resto de la vida y que venga a sus controles respectivos para verificar la integridad y la resistencia del alineador».