El verano tiene casi todos los beneficios que buscamos: días largos, noches cálidas, terrazas infinitas, ropa ligera, etc. Sin embargo, hay algo incómodo que aparece cada año. ¿Te suenan las piernas pesadas al final del día, el vientre inflamado después de una comida ligera o los tobillos que parecen no ser tuyos tras una jornada de playa? A nosotros sí. Las altas temperaturas, el cambio de rutinas y la retención de líquidos hacen que nuestro cuerpo se sienta más pesado. La grata noticia es que hay formas sencillas y naturales de combatir esta sensación sin tener que renunciar al placer de un fresco gazpacho, un paseo al atardecer o un chapuzón improvisado. Hablamos sobre la hinchazón estival y estos son los mejores remedios para evitarla, en la medida de lo posible.

Agua, tu mejor aliada
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Seguro que has escuchado mil veces que en verano hay que mantenerse bien hidratado y beber agua de manera constante se convierte en una obligación. Cuando hace calor, perdemos líquidos con más facilidad, y si no reponemos adecuadamente, el cuerpo entra en modo alerta y empieza a retener lo poco que tiene. ¿El resultado? Hinchazón. La clave está en beber al menos dos litros al día, preferiblemente repartidos y sin esperar a tener sed. Si te cuesta, dale un toque con rodajas de pepino, menta o limón.

Reduce la sal, pero con gusto
El sodio es uno de los grandes culpables de la retención de líquidos. Está presente no sólo en el salero, sino en muchos alimentos procesados que consumimos sin darnos cuenta. Cambiar la sal por especias como el comino, la cúrcuma o el jengibre te ayudará a evitar el poco deseado hinchazón del verano. Y si necesitas un snack salado, apuesta por frutos secos sin sal o aceitunas ecológicas en agua, en lugar de las conservadas en salmuera.

Mueve el cuerpo, sin castigarlo
Sabemos que muchos no pueden perder la oportunidad de ir al gimnasio, incluso en verano, pero tampoco es necesario ejercitar el cuerpo en exceso a 35 grados. Un paseo por la playa, una sesión de yoga al amanecer o una clase de pilates bajo techo pueden ser suficientes para activar la circulación, drenar líquidos y oxigenar el cuerpo. El movimiento suave y constante ayuda al sistema linfático a hacer su trabajo, contribuyendo a liberar esas toxinas que no necesitamos. ¿Otro consejo? Caminar descalzo por la arena o el césped estimula puntos clave de los pies que favorecen la eliminación de toxinas.

Infusiones frías, el secreto mejor guardado
Muchos pensarán… ¿Infusiones en verano? Sí, son buenas y te contamos por qué. La cola de caballo, el diente de león y el hinojo son plantas con propiedades diuréticas y digestivas que ayudan a combatir la hinchazón abdominal, además de la retención de líquidos. Prepararlas por la noche, dejarlas enfriar y tomarlas con hielo al día siguiente es casi un ritual de bienestar.

Alimentos que deshinchan y refrescan
El verano está lleno de frutas y verduras que, además de estar deliciosas, ayudan a reducir la inflamación. Sandía, piña, pepino, apio, espárragos y melón tienen un alto contenido en agua y propiedades depurativas, previniendo la hinchazón del cuerpo en verano. El truco está en incluirlos en todas las comidas. Un gazpacho de sandía, una ensalada de pepino con menta o una brocheta de frutas son opciones ligeras, sabrosas y aliadas del vientre plano.

Baños con sales: ‘detox’ a flor de piel
Después de un día intenso, no hay nada como sumergirse en un baño con sales de Epsom. Estas ayudan a relajar los músculos, activar la circulación y, por ende, esto contribuye a reducir la hinchazón. Añade unas gotas de aceite esencial de lavanda o eucalipto, apaga las luces, pon música relajante, escapa de la hinchazón y disfruta de tu propio spa privado en verano.
