Hay complicaciones que se las conoce por haber superado carreras, otras por surcar los cielos y algunas, por atravesar kilómetros de agua. Cada suceso hace que esas piezas lleguen a perder su valor original del mercado y adquieran un precio mayor que puede añadir dos o tres ceros. Las pujas son el hábitat natural de estos y, en el momento en que uno aparece en un lote, las ofertas son infinitas. Se vuelve a hacer historia y nos trasladamos a 1927, cuando un Rolex escribió sus propias páginas en los libros y ahora sale a subasta.
El nombre que bautiza y está detrás de este hito es el de Mercedes Gleitze, la primera mujer británica en cruzar a nado el canal de la Mancha, y fueron sus hazañas de resistencia las que Hans Wilsdorf, el CEO por entonces de la relojera suiza, aprovechó para lanzar el Rolex Oyster como el primer reloj de pulsera realmente resistente al agua. De ascendencia alemana, la joven nacida en 1900 en la localidad de Brighton, Inglaterra, trabajaba como secretaria bilingüe en la ciudad de Londres y, en sus ratos libres, se lanzaba al Támesis para atravesarlo nadando.
- El Dalái Lama y su amor por el lujo: los dos Rolex que pertenecían al líder espiritual
- ¿Qué tiene Messi que no tenga ni Cristiano? Un Rolex ‘Barbie’ de diamantes que cuesta casi un millón
Su misión era hacer historia y obtener un récord que, para las mujeres de esa época, era prácticamente impensable. Había muchos escépticos que afirmaron que una lo conseguiría, pero su ímpetu logró cambiar la historia y, por mérito propio, logró colocar su nombre en los libros. En su primer reto, nadó casi once horas seguidas en el río, pero ahí no acababan sus aspiraciones. Ella quería cruzar el canal de la Mancha.
Después de varios intentos, el 7 de octubre de 1927, en su octavo nado, lo consiguió. Fueron muchas las marcas que quisieron asociarse con su imagen y Rolex fue una de ellas. La firma la seleccionó para ser la cara de la misma y representar el Oyster, uno de sus modelos estrella de la época que, además, era uno de los primeros relojes sumergibles del mundo, y qué mejor manera de demostrarlo que a través de la primera mujer británica en cruzar el canal.
Hay un detalle curioso y es que una contrincante quiso reivindicar el acto y la retó. Esta volvió a repetirlo con el reloj y fracasó, pero dejó ver algo más imponente y fue la demostración del aguante de ese Rolex Oyster que llevaba colgado del cuello en una cadena. Al finalizar el hito, sucedió una rueda de prensa en la que afirmó: «Un compañero fiable y preciso para medir el tiempo. Incluso tras estar completamente sumergido durante 10 horas y 24 minutos en agua de mar a una temperatura no superior a los 14 grados. Por no hablar de las constantes sacudidas que debió recibir».
Para la casa suiza fue todo un hito, además de un punto de inflexión. Tras más de una década de trabajos y adquisición de diferentes patentes, la casa suiza conseguía lanzar en 1926 su primer reloj de pulsera resistente al agua, a los golpes y al polvo. Es más, se especula que cuando esta lo llevó, todavía no estaba registrada la patente y eso fue un riesgo a correr por la marca, pero lo que no sabían era el futuro que escribían para la complicación.
Este Rolex Oyster sale a subasta, después de 25 años. Está confeccionado en oro de 9 quilates, además de contar con una caja octogonal de 27 mm y una esfera rosa dorada con índices árabes negros. El fondo de la caja lleva grabado «Miss M. Gleitze. The Companion ‘Oyster’. Vindication Channel Swim. 21 de octubre de 1927». Existen muchas expectativas sobre la celebración y es que varios expertos consideran que esta puja, que tendrá lugar el 9 de noviembre, puede superar con facilidad el millón de euros.
