El proyecto AP Chronicles nació en 2019 ante la proximidad del 50 aniversario del Royal Oak. El proceso de gestación y alumbramiento del famoso Royal Oak se había narrado en mil y una ocasiones, oralmente o en artículos de prensa, libros o folletos. Tal abundancia informativa podía dar la sensación de que ya todo estaba dicho, e incluso reiterado hasta la saciedad. No obstante, una mirada más atenta enseguida revelaría que las historias contenían ciertas contradicciones, que las fuentes casi nunca se citaban y que, más allá de unas cuantas historias repetidas con infinitas modulaciones, quedaban innumerables preguntas sin responder. El lanzamiento de Audemars Piguet Royal Oak sacudió al mundo y lo cambió para siempre. En la historia del reloj solo hay antes y después del Royal Oak. Hoy en COOLthelifestyle, de la mano de AP Chronicles, desgranamos el origen y la historia del primer Royal Oak.
- El 30 cumpleaños del Royal Oak Offshore
- Los diferentes estilos del Royal Oak
- Las nuevas versiones de los míticos Royal Oak
Historia del primer Royal Oak
La crisis del cuarzo destruyo la industria relojera, desviando sus raíces y provocando que los fabricantes desmantelasen y abandonasen sus herramientas y olvidaran sus hermosos movimientos. En aquel momento, la producción anual de Audemars Piguet, referente y protagonista de la alta relojería suiza, había bajado a 6 mil relojes.
¿La solución? Crear algo que el mundo nunca había visto antes, un reloj que conectase con la audiencia de hoy. El AP Royal Oak fue hecho para lucirse; lucirse en el agua, gracias a su resistencia; en tierra, con su diámetro masivo de 39 mm, que lo hizo inconfundible, mientras que su perfil ultra delgado de 7 mm lo hizo lo suficientemente fino como para deslizarse bajo la manga una camisa ajustada.
Pero no nos adelantemos… En 1971, el distribuidor italiano de Audemars Piguet, Carlo de Marchi, se acercó a Georges Golay, director general de Audemars Piguet, para crear un reloj completamente nuevo.
Golay había estado pensando en un nuevo reloj que conectaba los valores de su marca con una generación completamente nueva, por lo que accedió. Entonces llamo un joven diseñador, Golden Ellips, quien aceptó el desafío.
Sin embargo, existía un pequeño problema, la propuesta llegaba la noche anterior a la Feria de Relojes de Basilea de 1971 y Golay necesitaba el diseño terminado para presentarlo al día siguiente. Pero Genta lo consiguió, esbozando un reloj que se convertiría en todo un icono.
¿Qué le inspiro? La visión de un buzo, sobre todo la forma en la que el casco está sujeto al traje con pernos invisibles. Con esa vívida imagen, esbozó un bisel de ocho lados conectado directamente a la caja y al fondo de caja utilizando tornillos ranurados. Si nos detenemos fijamente a analizar los tornillos, nos damos cuenta de que son hexagonales… Y ¿qué pasa? Que no pueden rotar, de ahí que las ranuras de los tornillos de un Royal Oak estén siempre alineadas.
Otra característica fue el material seleccionado para cada reloj, el de acero inoxidable, pero en un acabado nunca antes visto, de finas texturas que contrastaban con los biseles pulidos.
En el momento de su lanzamiento, en 1972, se convirtió en el reloj más caro que existía: 3.750.000 marcos suizos, lo que en aquella época era igual que comprarse 12 Rolex Submariners.
El Royal Oak ha inspirado desde imitaciones hasta a día de hoy relojes icónicos, como en Rolex con el diseño del Oyster Quartz. Lo curioso fue que en el momento de su presentación el diseño era tan moderno que los clientes habituales no se sentían atraídos y la generación, en aquel momento, actual, no tenían con que comprárselo.
Pero ¿qué paso? Todo cambió en 1974, cuando el reloj fue visto en la muñeca del ícono de estilo masculino más reverenciado y el hombre más rico de la historia italiana moderna, Gianni Agnelli. Lo demás, es historia.
El reloj llegó a ser tan exitoso que Audemars Piguet se vio obligado a realizar una segunda ejecución de mil relojes.