El Titanic continúa fascinando al mundo décadas después de su fatídico naufragio en 1912. Cada objeto rescatado del famoso buque cuenta una historia única, y entre ellos, el reloj de bolsillo de John Jacob Astor emerge como un tesoro especialmente significativo. En una reciente subasta llevada a cabo por Henry Aldeisge & Son, en Wiltshire, este reloj de bolsillo ha marcado un hito al ser vendido por la asombrosa cifra de 1,3 millones de euros. Este récord no sólo refleja el valor intrínseco del objeto, sino también la poderosa conexión emocional que aún suscita la historia del Titanic en la imaginación colectiva.
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John Jacob Astor, un magnate estadounidense y el pasajero más rico a bordo del Titanic, llevaba consigo este reloj de bolsillo el fatídico día del naufragio. Su historia personal, así como su trágico destino, añaden capas de significado a este objeto ahora icónico.
Astor, un hombre de negocios y figura de la alta sociedad de su época, representa el esplendor asociado con la era dorada. El hecho de que el reloj fuera recuperado del cuerpo sin vida de Astor siete días después del naufragio añade un elemento de solemnidad a su historia. Este reloj de bolsillo, más que un mero accesorio, se convierte en un testigo silencioso de los últimos momentos de uno de los pasajeros más prominentes del Titanic.
Vale más que el violín que sonó durante el hundimiento
La adquisición del reloj de Astor por 2 millones de euros no sólo representa una inversión monetaria, sino también una inversión emocional en la historia y la memoria. Ha superado seis veces el precio de salida estimado y también el récord anterior que se subastó en 2013: el violín de Wallace Hartley, director de la banda del barco. Este instrumento, que sonó durante el hundimiento del Titanic, se vendió por un millón de euros.
El reloj lleva grabado las iniciales de John Jacob Astor y se trata de un modelo de 14 quilates de la marca Waltham, una de las primeras empresas en producir relojes en serie en EEUU, estableciendo estándares de excelencia en la industria relojera.
La pieza fue restaurada y conservada por Vincent Astor, hijo de John, quien en 1935 se lo regaló a su ahijado William Dobbyn. Tras pasar por diferentes muñecas, el reloj se ha exhibido por todo el mundo, incluyendo la Exposición Nacional Geográfica en Washington DC. Su venta en la subasta supone un tributo no sólo a la memoria de Astor, sino también a todos aquellos que perdieron la vida en aquella fatídica noche en el Atlántico Norte.
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El interés generado por esta subasta no es sorprendente dado el continuo magnetismo que ejerce el Titanic. Desde libros hasta películas, la historia del Titanic sigue capturando la imaginación de generaciones enteras. Tal es así, que la tabla de la película que mantuvo con vida a Rose ha sido recientemente subastada, alcanzado los 600.000 €.
Cada objeto relacionado con el buque y que ha sido rescatado del naufragio se convierte en un vínculo tangible con el pasado, permitiéndonos acercarnos más a la tragedia y la grandeza de aquellos que vivieron y murieron en sus cubiertas.