Cartier detiene el tiempo para contar la historia de sus relojes en una exposición
Recordar el pasado para escribir el futuro fue lo que me dijo el diseñador Giorgio Armani para explicarme, durante una entrevista, que la historia es el motor de lo que hoy vivimos y viviremos. Somos nuestras decisiones y de ahí que muchas firmas honren su pasado en exposiciones. La última en regresar ‘al ayer’ ha sido Cartier, bajo el título ‘Tiempo ilimitado’, en Tokio. Cuatros salas en las que la firma echa la vista atrás exhibiendo más de 100 relojes, entre los que se incluyen algunos tesoros de su colección privada y que hoy queremos rescatar para admirar en su máxima expresión.
Santos, el comienzo de todo
Con el lema ‘rey de joyeros, joyero de reyes’, Cartier se forjó un futuro a principios del s. XX gracias a iconos como el Santos (1904), con esfera cuadrada, uno de los primeros relojes de pulsera.
Nació a partir de la relación de amistad entre Louis Cartier y el pionero de aviación Alberto Santos-Dumont, quien le pidió que le hiciera un reloj ajustado a su muñeca para poder pilotar.
Tonneau
La obsesión de Cartier era dibujar el tiempo con nuevas formas y tras Santos, creó Tonneau (1906), de platino y a medio camino entre el rectángulo y el óvalo.
Tortue
Después siguió el Tortue (1012), inspirado en el caparazón de una tortuga, presenta una de las complicaciones más sofisticadas: el mecanismo de repetición de minutos anuncia las horas, los cuartos y los minutos cuando se activa el cerrojo armado.
Tank
En 1912 nació Tank, con forma semicuadrada, cuyo diseño cuentan que se inspiró en el tanque Renault FT17. Este que os mostramos pertenece a la colección privada de la maison y data de 1920. Platino, oro, zafiro y correa de piel. «Esta pieza es particularmente inusual», detalla Cartier.
Baignoire
Otra gran forma llegó en 1912, el Baignoire, cuyo nombre hace referencia a la forma de una bañera, una especie de círculo alargado.
La pantera
En 1914 vio la luz por primera vez el motivo de manchas de pantera. Para imitar el pelaje del animal en el reloj, Cartier utilizó ónix y diamantes engastados.
The Panthère
The Panthère nació en 1983 y debe su nombre al brazalete, cuya estructura flexible evoca los movimientos de la pantera al caminar.
Crash
El asombroso reloj Crash nació en 1967, generando mucha admiración debido a la similitud con respecto a los relojes del genio del abstracto, Dalí. Sin embargo, Cartier nos cuenta que «su forma original se debe a la interpretación de un reloj dañado en un accidente».
Rey de reyes
Como decíamos al principio, Cartier se forjó una gran reputación entre la realeza, gracias en parte, a que en 1910 diseñó la corona de Isabel II. La exposición cuenta este hecho a través de fotografías para mostrar que la firma estuvo (y está), respaldada por la alta aristocracia.
En 1912 diseñó su primer reloj misterioso en el que las agujas parecen estar suspendidas, que consiguió gracias a la superposición de dos cristales de zafiro. En 2018 presentó el magistral reloj de pulsera Rotonde Mistery Day & Night, uniendo por primera vez las complicaciones del día y la noche, y el movimiento mistery.
Reinicio de la mecánica tradicional
Tank Française supuso en 1996 la vuelta a relojería con mecánica tradicional.
La revolución del s. XXI
- Roadster
Con motivo del 150 aniversario de la compañía, Cartier presentó en 2001 el Roadster, hoy en día considerado un reloj de colección por las pocas unidades que se pusieron a la venta. Su diseño se inspiró en los coches deportivos de los años 50.
- Ballon Bleu
En 2007 llegó la colección Ballon Bleu, definiendo la elegancia atemporal con sus formas minimalistas y precisas.