El reloj Cartier Cheich ha superado todas las expectativas, pues se coloca en las primeras posiciones como una de las piezas más valoradas de la firma francesa al ser adquirido en subasta por algo más de 1 millón de euros. Hoy queremos recordar la historia de este y la de otros tres relojes de Cartier considerados extraordinarios, ya sea por su limitada producción o porque fueron ligeramente modificados, como el de Steve McQueen o el también actor Michael Douglas. Cartier ha ido recomprando a lo largo de los años algunos de estos modelos para mostrar en sus exposiciones los diversos estilos artísticos en la primera mitad del s. XX. En la actualidad, el Museo de las Artes Decorativas de París y el de Arte de Dallas, exhiben algunas de estas piezas.
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Cartier Cheich
La historia del reloj Cartier Cheich se remonta al inicio del quinto París Dakar, en 1983. Por aquel entonces, Alain Dominique Perri era el director ejecutivo de Cartier, gran aficionado a este deporte y a quien se le ocurrió la idea de ofrecer un reloj exclusivo a quien ganara el París-Dakar dos años seguidos utilizando la misma categoría de vehículo.
El piloto belga Gaston Rahiel se alzó con la victoria en el evento dos años seguidos, en 1984 y 1985, y recibió su reloj Cheich, que debe su nombre y diseño a la tradicional pieza de tela que se coloca alrededor de la cabeza para protegerse del sol.
Es uno de los relojes de Cartier más extraordinarios pues solo existen cuatro unidades. Está forjado en tres colores de oro de 18 quilates (blanco, rosa y amarillo) y solo se fabricaron cuatro modelos.
Santos Galbée, de Michael Douglas
Si Patek Philippe fue el relojero que creó el primer reloj de pulsera para una mujer, en 1889, Cartier fue el primero que lo hizo para un hombre, en concreto para el pionero de la aviación, Alberto Santos Dumont, en 1904.
El reloj original de Santos Dumont se ha perdido en la historia, pero el museo de la maison conserva uno exactamente igual, que data de 1912, con caja de oro amarillo y correa de piel de becerro en color caramelo.
Con más de 100 años de historia, sigue siendo una de las piezas más buscadas por coleccionistas, concretamente el que lució Michael Douglas en Wall Street (1987). Se trata de un Santos Galbée completamente en oro de 18 quilates. Una edición especial del reloj que Cartier rediseñó en 1978, llamándolo ‘Santos de Cartier’, y presentaba una carrera de acero y detalles en oro.
Panthère Secrète
Es considerado como uno de los relojes de Cartier más raros. La pantera apareció por primera vez en 1914 en la caja de un reloj femenino. Para ello, eligió la abstracción de un motivo de manchas, una referencia al pelaje felino.
Con los años, la pantera se ha ido reinventando en diferentes modelos y Panthère Secrète es uno de los más exclusivo. Se trata de una de las limitadas piezas producidas cuyo diseño destaca por una cabeza de pantera engastada con diamantes, ónix y turmalinas que se desliza para descubrir u ocultar las esfera.
Tank Cintrée, de Seteve McQueen
Algunos expertos señalan que el reloj que llevó Steve McQueen en la película ‘El caso de Thomas Crown’ es un Tank Cintrée extraordinario, pues fue fabricado en Nueva York a finales de los 60 y está bastante modificado con respecto a los originales de los años 20. Es más delgado y más largo.