El Baile de la Rosa, como cada año, ha vuelto a ser un derroche de estilo, lujo y alta costura. Este año, el Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo ha acogido esta glamurosa cita presidida por la familia real de Mónaco. Este evento, creado por Grace Kelly en 1954 con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Princesa Grace, se ha posicionado como un referente filántropo a nivel internacional y la élite mundial se da cita en él cada año. Aunque la alfombra roja nos ha dado una lección de estilo, hay una joya que ha destacado y hace homenaje a un icono de la moda.

Como es habitual, Carolina de Mónaco ha sido una de las presentes y es que este evento es uno de los más importantes en su agenda anual. Posando junto a Charlène, Alberto de Mónaco y el actual director creativo de la gala, el diseñador Christian Louboutin, hemos visto a la princesa del principado con un vestido que nos deja una lección de estilo para las que tienen más de 50.
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Es verdad que, a lo largo de la historia, los royals se han convertido a menudo en musas de diferentes casas de moda, pero ninguna princesa ha estado tan estrechamente vinculada a un diseñador que Carolina de Mónaco. La pieza escogida para esta especial ocasión ha sido de la misma casa que la de su hija, Carlota Casiraghi. Firmada por la maison francesa Chanel, la princesa de Mónaco ha optado por un vestido largo en color blanco, con escote asimétrico y detalles brillantes, resultado de la colección de alta costura para primavera-verano de 2024. Algo que era de prever, ya que la monegasca lleva más de cinco décadas siendo defensora de la casa francesa.

En esta ocasión, la diferencia de marca en los accesorios, más en concreto en el broche que llevaba. Este tiene un motivo especial y es que ha funcionado como homenaje a su gran amigo, el diseñador Karl Lagerfeld, que falleció en 2019 y tuvo un fuerte vínculo con el Baile de la Rosa. Durante décadas, ambos tuvieron una estrecha amistad, además de que el creador alemán fue director creativo de esta celebración solidaria en varias ocasiones.

La joya en cuestión tiene un espectacular diseño en forma de ramillete de juncos, de oro blanco y diamantes, y fue creada a finales del siglo XIX por la histórica joyería Chaumet, la favorita de Napoleón, Sassa de Osma o incluso la actriz Kelly Rutherford.

El ex director creativo de Chanel adquirió esta imponente pieza en una subasta en 1986, la cual se bautizó como Reed Stomacher, y fue un regalo para su gran amiga y musa Carolina de Mónaco, pero no fue hasta los años 90 que esta comenzó a usarla. Su creación data de finales del siglo XIX y la hemos visto llevarla en otras ediciones de El Baile de la Rosa, incluso en el concierto del Día Nacional de Mónaco de 2010, en esa ocasión sobre el tirante izquierdo de un vestido de terciopelo negro.

Se desconoce cuánto pagó el diseñador por esta imponente pieza, pero creaciones similares se han vendido en subasta por más de 4 millones de euros. Es verdad que la amistad entre el que fue director creativo de Chanel y Fendi y la princesa de Mónaco fue muy estrecha y, cada vez que tiene ocasión, no pierde el momento para poder hacer un pequeño homenaje a su gran amigo.
