La Princesa de Gales, Kate Middleton, ha vuelto a acaparar todas las miradas, no por un vestido deslumbrante ni por un discurso conmovedor, sino por un detalle que pasó inadvertido para algunos, pero que para los amantes de la joyería royal no hay forma de que pase desapercibido: un nuevo anillo, valorado en más de 618.000€. Este gesto no sólo ha generado titulares, sino también especulaciones sobre si se trata de una sustitución –temporal o definitiva– de su legendario anillo de compromiso.

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El nuevo anillo de Kate Middleton
Durante el funeral de la Duquesa de Kent, Kate sorprendió al lucir una pila de cinco anillos en su dedo anular, incluyendo su icónico zafiro azul de 12 quilates que perteneció a la princesa Diana. Pero fue la aparición de una nueva joya –una fina alianza de eternidad salpicada de diamantes y zafiros– lo que captó especialmente la atención.

Se cree que esta nueva joya, posiblemente de Cartier y parte de su colección Étincelle, fue un regalo del Príncipe Guillermo para celebrar el fin del tratamiento preventivo de quimioterapia de su mujer. Más allá del valor monetario, este anillo representa un símbolo de esperanza, resistencia y amor renovado en medio de un periodo difícil para la princesa, que hizo público su diagnóstico de cáncer en marzo de 2024.

Junto a esta pieza, Kate combinó otros tres anillos de significado profundo: uno de diamantes en pavé, otro de Annoushka (posiblemente un regalo tras el nacimiento del príncipe George en 2013), y su alianza de boda hecha de oro galés, como la de la Reina Isabel II. Este delicado pero poderoso conjunto no sólo mostró el buen gusto de la princesa, sino también su capacidad para contar historias íntimas a través de sus joyas.
Este renovado estilo ha encendido el debate: ¿estamos presenciando un cambio en la manera en que Kate luce su anillo de compromiso? Aunque no parece haber una sustitución definitiva, lo cierto es que desde mediados de 2024, el zafiro azul había desaparecido en muchas de sus apariciones públicas. Expertos en joyería real apuntan a que esto podría deberse tanto a comodidad durante su tratamiento como a una forma de proteger una pieza tan valiosa.

Sin embargo, el funeral de la Duquesa de Kent marcó el regreso de esta histórica joya, ahora acompañada por otras que reflejan nuevas etapas de su vida. Kate también lució pendientes y un collar de perlas japonesas heredados de la Reina Isabel, consolidando su papel como heredera del estilo real.
En definitiva, más que un simple cambio estético, la elección de Kate de combinar varias joyas –y destacar una nueva pieza de seis cifras– es una declaración silenciosa pero poderosa: su historia continúa, y cada anillo en su mano lleva consigo un capítulo distinto.