El universo del motor lleva muchos años viendo cómo las marcas implementan, cada vez más, sus diseños, para hacerlos no sólo atractivos a nivel funcional, sino también visual. El objetivo es acercar el lujo sobre aquellos modelos que son de uso diario y marcas como Bentley o Rolls-Royce sirven de ejemplo para el desarrollo. Además de Europa, los nipones también cuentan con un amplio historial en el mundo de los coches y Toyota ha sido capaz de dar la vuelta a una de sus creaciones más reseñables.

Desde hace tiempo, la marca japonesa tenía una respuesta para aquellos usuarios que buscaban el buen hacer que poseen sobre los vehículos de motor y lo cumplían a través de Lexus. Esta marca fue creada en 1989 y ha cobrado fuerza en todo el mundo, siendo sus creaciones sinónimas de estatus e incluso muchos lo llegaron a comparar con la Mercedes-Benz nipona.
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La casa japonesa ha desvelado, en Tokio, la nueva marca Century, con la cual convierte el nombre de un modelo de lujo en una firma separada. Leyendo estas líneas, muchos pensarán que eso ya existía y están en lo correcto. Era la representación que más se podía acercar a la versión asiática del Rolls-Royce e incluso llegó a ser el coche oficial del emperador de Japón.

El Toyota Century es el predecesor de este y existió desde 1967. En el diseño vemos un sedán de largas proporciones y motor V8 que duró tres décadas en el mercado a través de diferentes renovaciones. En 2023, la casa nipona nos sorprendió con la versión SUV del mismo, buscando competir con algunas de las marcas de lujo del mercado, que se estaban lanzando a este tipo de modelos. Pero Akio Toyoda, nieto del fundador y quien dirige ahora la empresa, tenía otros planes en mente.

El japonés quería plantear este modelo como una marca aparte, desmarcándolo un poco de la firma matriz y dándole su propia personalidad. En definitiva, hacer lo mismo que hizo con Lexus. Su carta de presentación ha sido un espectacular coupé, que destaca por unas suaves líneas, a medio camino entre lo que consideraríamos un sedán tradicional y un crossover. Un prototipo presentado como One of One, un coche único con un claro emblema del orgullo nipón.

Estéticamente ya nos evoca a algo exclusivo, a un vehículo que impone y que atrae miradas. Vemos una imponente parte delantera, con unos focos lineales, que se combinan con una estructura que nos inspira a algo futurista, mezclado con la forma de un panal de abejas. Su apariencia, a primera vista, no sólo se centra en el general, sino también en los detalles. La puerta, por ejemplo, en vez de abrirse de manera tradicional, lo hace hacia adelante.

Lo que va a marcar la diferencia con respecto a sus hermanos de casa, Toyota y Lexus, es que no se va a poder adquirir sin más. Este modelo se tiene que hacer bajo pedido, con requerimientos únicos y hechos a mano, es decir, obras de arte con oportunidad de customización y que estén a capricho del dueño. Con esto lo llevan al punto de ser una marca con bajo volumen de producción y al alcance de pocos.

Aunque muchos expertos especulen sobre los posibles 300.000 euros que puede costar, tendremos que esperar al Salón del Motor de Tokio en 2026 para tener la invitación definitiva.
