La busca de la exclusividad no cesa y, mientras que antaño el simple hecho de tener un barco ya te posicionaba en un estatus superior, la actualidad se centra en lo raro y lo excéntrico. Vemos imponentes yates navegando entre islas, y la carrera por construir, literalmente, mansiones sobre el mar comenzó hace mucho tiempo. Hay uno que quizás no destaca por ser la embarcación más grande que existe, pero sí la más costosa. Así es History Supreme, el yate más caro del mundo.
Muchos millonarios buscan hacer ostentación de su fortuna y qué mejor forma de mostrarlo que a través de un yate. Hemos visto grandes embarcaciones que pertenecen a Jeff Bezos o los propietarios del imperio de Inditex, la familia Ortega, que son auténticos edenes marítimos y convierten el océano en su hogar.
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Esta joya flotante ha sido un capricho de un billonario empresario malasio, que encargó al estudio de Stuart Hughes este peculiar diseño, el cual ha tardado tres años en cobrar forma. Él quería tener uno de los yates más exclusivos del mundo, pero de un tamaño más reducido. Fue un gran reto para el estudio británico.
En apenas 30 metros de eslora, Hughes tuvo que emplear cerca de 100.000 kilos de oro macizo y plata para formar el casco del yate, la cubierta y decorar con estos metales varias de las estancias de su interior. Pero, seguramente, la gran excentricidad del superyate más caro del mundo sea una de las paredes del camarote principal de la embarcación, en la que se han utilizado huesos de tiranosaurio Rex. No se ha llegado a confimar, pero, presuntamente, vienen de un esqueleto que se encontró en una excavación en Arizona. Puede parecer raro, pero el estudio británico suele optar por añadir a sus creaciones restos históricos de dinosaurios y ya lo hizo en otra ocasión con un iPad, recubriendo el dispositivo con este material.
El lujo no termina ahí, sino que en su interior puedes encontrar una botella de licor, con un diamante incorporado de 18,5 quilates, que se le califica por ser uno de los más raros del mundo. Si giramos la vista, observamos un acuario de pared panorámica hecho con 68 kilos de oro amarillo de 24 quilates y también un iPhone envuelto en 500 diamantes tallados a su medida, con dos más sobre el botón de inicio, que son un diamante rosa de 7,4 quilates y otro de ocho quilates.
El diseñador de este excéntrico yate ha hablado sobre él en varias ocasiones, pero no se sabe quién es el propietario final del mismo, aunque si se sabe que costó más de cuatro billones de euros y es el yate más caro del mundo. Muchos medios afirman que puede ser Robert Kuok, el cual ostenta el título del hombre más rico de Asia y la segunda mayor fortuna del sudeste asiático, con un patrimonio de más de 11.800 millones de euros, según varios medios especializados.