La exclusividad de las cadenas hoteleras se encuentra en un momento de transformación y muchas están ampliando su rango, saltando del asfalto al mar. Todo comenzó con los yates de grandes dimensiones, sobre los cuales se implementaban espacios dignos de admirar, hasta que ese concepto llegó al fenómeno de los cruceros. Ahora en estos tienes parques acuáticos, cines, multitud de espacios gastronómicos e incluso cascadas. Queda claro que el público exige cada vez más y Four Seasons lo ha conseguido con este yate.

La cadena hotelera de lujo, de origen canadiense, se ha posicionado como una de las referentes a nivel mundial y su nombre se ha convertido en el sinónimo más claro de elegancia y clase. Sus espacios, repartidos por todo el mundo, son el epítome del lujo y, repasando su historia, podemos ver cómo ha sido la evolución de un concepto que, cada vez, innova más, llevando las experiencias a otro nivel.
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Desde Manhattan a Madrid, los hoteles de la marca son todo un referente, pero su nuevo proyecto se adentra en la inmensidad del océano bajo una experiencia única. El Four Seasons 1 es el primer buque que se aventurará en el mar y lo ha construido el mismo astillero que el superyate de 400 millones de euros que encargó un príncipe saudí. Si lo observamos a simple vista, tiene más estética de yate que de crucero, es decir, sus dimensiones son más reducidas, lo cual hace que el espacio para alojarse sea menor y eso atribuye más exclusividad a la experiencia.

El interior está diseñado de una manera exquisita y las zonas comunes juegan con el mármol, pero sobre todo hay una considerable presencia de madera, que aporta un toque hogareño. Alberga 95 suites que van desde los 50 hasta más de 900 metros cuadrados. Cada una muestra claramente el lujo, y algunas se dividen en uno o dos pisos. Algunas de ellas cuentan con una exclusiva terraza, la cual tiene unas vistas inigualables al mar y la convierte en el lugar perfecto para desayunar mientras observas la inmensidad del océano, con las olas como banda sonora de fondo.

Los baños beben todos del mismo tipo de diseño y es que se componen, exclusivamente, de un mármol azul con toques blancos que simulan las olas del mar, con acabados en dorado y algún atisbo de madera para complementar el espacio. En la Funnel Suite, este es una obra de arte, puesto que se añade un mosaico en el mismo tono que representa las plumas de un pavo real. Un espacio que tiene 927 metros cuadrados divididos en cuatro plantas y una terraza, todo conectado por ascensor privado.

Gastronomía Four Seasons
La gastronomía es uno de los puntos esenciales de los yates y ha cobrado forma gracias a chefs, sommeliers y mixólogos de prestigio con una oferta que rinde homenaje a un estilo de vida náutico que será un festín para los sentidos. El refinamiento culinario se observa en la carta de Sedna, una joya gastronómica cuyos fotones están liderados por los mejores talentos internacionales. Serán varios los chefs de prestigio que pertenecen a los restaurantes más aclamados de Four Seasons, los encargados de crear obras culinarias en sus fogones y, ahora, en este yate.

El segundo, que hace bajo el nombre de Terrasse, se decanta por una propuesta mediterránea, basada en un producto de cercanía con platos ligeros, llevados a cabo con ingredientes locales. Un espacio amenizado por una cocina abierta, la cual hace fluir el ambiente del lugar con ese toque de espectáculo. Miuna habla de la gastronomía nipona y su barra aloja un omakase para 16 comensales y una oferta preparada por un experto chef japonés.

De entre los bares y lounges, destaca el Champagne & Caviar, ubicado junto a Sedna. Presenta una selección de caviar exclusivo y salmón balik, acompañados de guarniciones tradicionales, todo en un entorno elegante con vistas a la piscina. El menú incluye champagnes Grand Cru, una selección premium de proseccos, cavas y vinos internacionales, ideales para maridar con cada bocado. Una de las muchas propuestas de gastronomía líquida que tiene este nuevo yate de Four Seasons.
