Entre arquitectura histórica y gastronomía de altura, las calles de Madrid esconden restaurantes que son auténticas joyas culinarias dentro de edificios con historia. Sin duda, ofrecen un ambiente único que estimula los sentidos y una experiencia gastro que combina la tradición con la innovación. Hablamos de una capilla barroca del siglo XVI, una antigua fábrica de bolsos de lujo y la que fuera la casa de Giuseppe Verdi. Ahora estos espacios excepcionales alojan restaurantes con una propuesta única en la ciudad y son Caluana, Ovillo y La Lonja del Mar. En ellos, cada detalle te traslada a una Madrid añorada que puede revivirse con cada bocado.
Nuevos espacios nacen cada poco tiempo. La oferta gastronómica es tan amplia que los restaurantes de Madrid tratan de añadir un valor añadido a su cocina con talleres, música en directo o espectáculos. Y luego están los que cuentan con un pasado y un encanto que se complementa con una gastronomía diferencial.
Ovillo
📍C/ Pantoja, 8.
Una propuesta gastro llena de personalidad, al igual que el lugar: una antigua fábrica de marroquinería donde tiempo atrás se confeccionaban bolsos de lujo. Conserva de su pasado la austeridad de una nave industrial que Javier Muñoz-Calero ha engalanado como un jardín con reminiscencias galas. Sin duda, un refugio en pleno barrio de Prosperidad.
Con un Sol Repsol y seleccionado por la Guía Michelin 2024, la propuesta del chef Javier Muñoz-Calero son de las que no se olvidan. Cocina tradicional con influencias del mundo, donde prima el producto. De Francia y Suiza, donde se formó, pero también de Tailandia y España, en concreto del País Vasco y Cataluña.
Una mezcla de culturas que se puede saborear en su carta, sin fusión, con sabor intenso y preparaciones tradicionales sin olvidar la parte creativa. Desde guisos como unas patatas soufflé, los callos con montgetas, boloñesa de venado, viera gratinada con Tupinambo… Tres menús: Ovillo, Madeja y Tirar del hilo, este compuesto por doce pases y tres aperitivos.
Caluana
📍 C/ La Bolsa, 12.
A escasos minutos de la Puerta del Sol, nadie imagina lo que hay tras sus puertas. Este señorial espacio fue en el siglo XIX la antigua Bolsa de Madrid, y retrocediendo aún más en el tiempo, al siglo XVI, la desaparecida iglesia de Santa Cruz de la que hoy en día sólo se conserva una capilla, y que actualmente es uno de los espacios del restaurante.
Si el espacio sorprende, ni qué decir de su carta pues fusiona lo mejor de la cocina española con la italiana. Los responsables de esta genuina propuesta italocastiza son los chefs Joaquín Serrano y Jorge Velasco. Ambos han trabajado por medio mundo y con los mejores como El Celler de Can Roca, Kabuki o Ramón Freixá.
Si vienes aquí sí o sí tienes que probar la croqueta de tortilla de patatas con cebolla y un velo de papada ibérica, viera a brasa con salsa carbonara, la lasaña de rabo de toro o la última incorporación a la carta: calamaretti terminado en sartén con fondo de mariscos y carabinero a la brasa. Y de postre, la torrija de limoncello. Con cada bocado se aprecian los sabores, las texturas y los aromas de una cocina que combina tradición e innovación.
La Lonja del Mar
📍Plaza de Oriente, 6.
Junto al Teatro real de Madrid y con vistas privilegiadas al Palacio Real, se encuentra La Lonja del Mar que tiempo atrás fue la casa de Giuseppe Verdi durante su estancia en Madrid. Fue en 1863 cuando el músico se instaló aquí para dirigir los ensayos de su ópera, La fuerza del destino.
El local aún conserva las escaleras originales que conducen hoy en día al restaurante y donde, desde sus balcones, puedes imaginar cómo sería aquellos añorados años.
La propuesta del chef ejecutivo Fernando Negri es 100% marinera donde el producto es la protagonista: Ostras Aime y Soletes, almejas, bogavante azul… son algunos de los tesoros de costa más aclamados.
