Nuestro protagonista de hoy tiene cuatro patas, orejas puntiagudas, pelaje fino, corto y brillante y unos enormes ojos amarillos que quitan el sentido: el gato burmés. Porque sí, hoy vamos a hablar de una raza felina muy COOL que enamora y que es codiciada y apreciada por además, ser dueños de unas características específicas que los hacen ideales para vivir en familia con niños pequeños ya que se trata de un tipo de gato cariñoso, empático y al que le gusta hacer vida acompañado. El gato burmés podría entonces decirse que responde a la simpática definición de: ‘gatoperro’, ya que su carácter afable es más cercano al de un can.
Un tipo de gato de ojos dorados que te enamorará como a nosotros…
Su origen
Cuentan que en el mundo occidental, se tuvo constancia por primera vez de esta preciosidad en 1930 en California y que lo habían traído Lejano Oriente. Como en aquel entonces no había ningún otro burmés en Estados Unidos en aquella época, se produjo un cruce entre la raza wong mau y el tipo de siamés seal point, que se caracteriza por sus manchas marrones oscuras. El gato burmés fue reconocido como raza primero en Estados Unidos y llegaría a Europa en los años 40. Desde entonces, las tonalidades del pelaje han ido variando y modificándose.
Sus características
Si hay que destacar algo del gat bumés eso es su carácter amistoso. De ahí, que sean la raza que muchas familias deciden tener. Les gusta jugar e interactuar y son muy cariñosos. Pero también destacan por su gran -y impactante- belleza. Sus grandes ojos amarillentos son su gran rasgo identitario y les aporta ciertos aires aristocráticos que les hacen competir en finura y distinción con los que se podría decir que son sus primos hermanos: los siameses.
El gato burmés posee un temperamento tan parecido al del perro que incluso, a diferencia de lo que ocurre el general con el resto de los gatos, no le gusta estar sólo por lo que tener otra mascota (sea otro gato o un perro) es una buena opción para él porque haremos que se sienta mejor.
Su esperanza de vida se sitúa en un rango que fluctúa entre los 12 y los 14 años (algo menos que, por ejemplo, los siameses) y son animales de talla mediana pero de composición musculoso, compacta, redondeada y poseen una sólida estructura ósea. En cuanto a tipos, la pigmentación es lo que les diferencia entre sí dentro de la raza, pudiendo encontrar gatos burmeses marrón, azul, chocolate, lila, rojo, crema y ‘tortuga’ (seal, azul, chocolate, lila).
La confusión constante: su primo-hermano el siamés
Están emparentados pero no deben confundirse. Los siameses tiene un origen mucho más antiguo:El siamés, es originario de Siam (antiguo nombre de Tailandia) y descendiente del gato tailandés y su aspecto es algo más estilizado además de poseer mayor contraste de colores y variedad, sus ojos suelen son azules. Lo siameses parecen más delicados que los burmeses pero éstos, tienen un aspecto más afable y entrañable. Sin mencionar el carácter, en esta cuestión, gana por goleada nuestro burmés.