Cuando dicen que en Madrid sí hay playa, y en Cáceres, Ávila, Zamora… están en lo cierto. Y es que las piscinas naturales ofrecen un alivio al calor veraniego en lugares donde no hay costa. ¿Lo mejor? En ellas no ha intervenido la mano del hombre sino para acondicionar unas escaleras, pasarelas o un trampolín. Son las zonas de baño de siempre, hoy en auge, para los viajeros que buscan autenticidad. En estos destinos no echarás de menos la costa, el salitre, ni el mar. ¡Nos zambullimos en las mejores piscinas naturales de España!
Las Fuentes del Algar, en Alicante
A poca distancia de las abarrotadas playas de Benidorm se encuentra las fuentes del Algar. A tan sólo 15 kilómetros de la ciudad alicantina encontramos un paraje natural donde el agua es el gran protagonista. A lo largo del cauce del río Algar descubrimos un paisaje kárstico de roca caliza con bonitas cascadas y manantiales que brotan de las rocas. Los remansos de agua que se forman ofrecen un baño entre aguas puras y cristalinas.
Fuente de los Baños de Montanejos, en Castellón
De nuestras piscinas naturales favoritas. La del Fuente de los Baños de Montanejos lo tiene todo para estar en la lista de las más bonitas de España por motivos propios: aguas cristalinas, de un intenso azul turquesa y entre barrancos, como un lago azul rodeado de paredes rocosas de vértigo. Y de aguas mineromedicinales, porque de sus manantiales brotan aguas con efectos curativos conocidas desde finales del siglo XIX, que fue cuando se levantó el balneario que dio fama a esta zona del interior de Castellón.
Playa de Ardales, en Málaga
La playa del embalse del Conde del Guadalhorce, en Ardales, ha sido siempre conocida como la del pantano de El Chorro. No obstante también se conoce como la playa del Caminito de Rey, ya que es en esta zona acondicionada como si de un camping se tratase –equipada con mesas, bancos, fuentes, zona de barbacoas y hasta hidropedales– suelen acabar la jornada quienes regresan del desfiladero de los Gaitanes.
Los Pilones, en Cáceres
Dentro de la reserva natural cacereña de la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte, encontramos unas piscinas de aguas cristalinas conocidas como Los Pilones. Los Pilones se encuentran en un paraje natural de gran belleza. Darse un baño en las pozas creadas por la erosión y llenas de cascadas y saltos de agua es todo un placer.
Salto de Bierge, en Huesca
Tirarse al agua desde ocho metros de alto ocurre en el Salto de Bierge, en Huesca, pero está prohibido por motivos de seguridad desde hace año. Lo cierto es que este enclave del río Alcanadre, en la comarca del Somontano, sigue siendo tan popular como toda la vida.