Christian Escribà es uno de esos españoles de los que tenemos que sentirnos orgullosos. Perteneciente a una importante saga de pasteleras barceloneses, ha sabido elevar a lo más alto su emporio y llevarlo fuera de nuestras fronteras. Esta especie de Willy Wonka patrio es un maestro pastelero y también, un visionario. Todas y cada una de las delicias que idea en su obrador son producto de su genio creativo y entre las más recientes se encuentra un panettone diferente a todos los demás. Un pan dulce con un delicado sabor a mantequilla que se asemeja a los mejores brioche franceses (algo que no tiene porqué sorprendernos porque la madre de Christian Escribà es de origen galo) menos denso que los tradicionales pero esponjoso como pocos con un sabor especial otorgado por dos ingredientes estrella. En primer lugar, la manzana y no cualquier, unas buenas Pink Lady y luego, un toque mágico de chocolate pero, no uno ordinario sino un chocolate ‘gold’ con tintes acaramelados que recuerdan al toffee y que le aporta un toque sutil pero necesario. Una pieza de alta pastelería tan apetecible que no pudimos resistirnos y viajamos a Barcelona para probarlo y contártelo. ¡Deléitate con nosotros!
Considerado como uno de los mejores maestros pasteleros de España, Christian Escribà ha diseñado un panettone elaborado con esta variedad de manzanas con un sabor único que se cultivan en Lleida y en Girona. Una delicia elaborada con la receta tradicional, pero salpicada de trocitos de manzana caramelizada –inspirada en las manzanas de las ferias de nuestra infancia– y el toque diferente que le aporta el chocolate gold.
Otras delicias Escribà con manzanas Pink Lady
Además de este panettone de infarto, en la mítica sede de la panadería Escribà pudimos degustar también otras delicias de autor elaboradas a partir de las Pink Lady. Dulces que van desde unos ricos pops de manzana y distintos toppings a un refinado turrón de manzana y el afrutado chocolate rosa Ruby.
Una empresa familiar sólida y con valores
«Al final, para mantener el negocio la clave es dedicar tu vida, única y exclusivamente a esto porque el compromiso que uno adquiere con las generaciones anteriores hace que no haya excusa»
Escribà es sinónimo de excelencia. Llevan 116 años reinando entre panes y pasteles espectaculares y el secreto, sin lugar a dudas son los férreos valores que se han ido pasando de generación en generación. «Para mantener un negocio familia así la clave es anteponer el oficio y ese compromiso que tienes familiar a cualquier vicisitud o crisis que pueda surgir», nos explica, sabiendo que esa, es la fórmula de su éxito ya, centenario. «Al final, es dedicarle tu vida, única y exclusivamente a esto porque el compromiso que uno adquiere con las generaciones anteriores hace que no haya excusa». No cabe duda alguna de que Christian Escribà sigue a rajatable la máxima que, como bien nos contó, tenía su de su padre: «si heredas un negocio, déjalo mejor de lo que te lo han dejado a ti».