Pan de muerto, una receta típica para probar el Día de los Difuntos
Todas las estaciones del año están relacionadas con una receta que las representa. En invierno son típicos los purés y sopas, además del roscón o los polvorones; en primavera, las torrijas o los calçots… Hay días especiales que también cuentan con una ‘comida’ especial o típica, por ejemplo, el Día de los Difuntos (o Día de Todos los Santos) con el pan de muerto. Si nunca has estado en México en este día tan especial probablemente no sepas de lo que te estoy hablando. El pan de muerto es una receta única y cultural que, aunque el nombre no invite mucho a probarla, te prometemos que merece la pena.
Hoy en COOL vamos a enseñarte a cocinar este tipo de pan, es fácil y su resultado te sorprenderá. ¿Te animas?
Pan de muerto
Su origen es un tanto rocambolesco y se remonta a la época de la Conquista, un momento en la historia en el que se practicaban sacrificios humanos. Los españoles, sorprendidos ante tal práctica, sugirieron preparar un pan de trigo cubierto de azúcar roja que simulase el corazón de las doncellas, para que, de esta manera, no tuvieran que perder la vida.
Es en este momento donde encontramos los primeros indicios de esta receta, la cual se ha modificado a lo largo del tiempo hasta la que conocemos hoy. Su forma es un tanto curiosa, ya que evoca el recuerdo de los difuntos (mejor no entrar en detalles). Según la región, hay distintas costumbres para prepararlo.
No es un pan para el día a día, ya que está asociado a la celebración del Día de Muertos. ¿Quieres aprender a prepararlo? Sigue leyendo.
Receta
Ingredientes
Prefermento
- 80 g de harina de fuerza
- 90 g de leche (puede ser de coco)
- 20 g de azúcar
- 2 huevos
- 1 cucharadita de agua de azahar
- 20 g de levadura fresca o 7 g de levadura seca
Masa principal
- El prefermento
- 350 g de harina de fuerza
- 80 g de azúcar
- 1 yema ligeramente batida
- 5 g de sal
- Ralladura de una naranja
- 100 g de mantequilla
Preparación
Mezclamos todos los ingredientes del prefermento en una batidora para que quede bien mezclado.
Cubrimos con film transparente y dejamos que triplique su volumen (40 minutos aproximadamente).
Vertimos en un bol todos los ingredientes de la masa principal (menos la mantequilla), añadimos el prefermento y mezclamos bien hasta que el gluten se vaya desarrollando.
Toca añadir la mantequilla en trozos. Amasamos para que la mantequilla se integre. Para que te sea más fácil, espolvorea de harina la mesa y vuelca la masa para poder amasarla hasta que se mezclen bien todos los ingredientes, (no añadas harina).
Unta un bol de aceite y haciendo una bola con la masa, métela dentro. Cúbrelo con un film transparente y espera a que se duplique el tamaño (más o menos una hora).
Una vez se haya doblado el tamaño, recuperamos y volvemos a espolvorear la mesa de harina para amasar de nuevo la masa.
Dividimos la masa en cuatro trozos.
Ahora debemos separar los trozos para hacer la decoración. Puedes seguir la costumbre o hacer tu propio diseño.
Volvemos con las cuatro bolas de masa, las presionamos con la punta de los dedos para estirarlas un poco y espolvoreamos harina para que cojan más cuerpo y los adornos se mantengan firmes durante el horneado.
Cubrimos con papel film untado en aceite de girasol. Los dejamos fermentar hasta que doblen su tamaño, (unas 2 horas).
Media hora antes, encendemos el horno a 190º. Abajo del todo ponemos una bandeja de hornear vacía y la dejamos calentar
Finalizado el proceso de fermentación, retiramos el film e introducimos la bandeja, de los cuatro panes, en el horno y vertemos en la bandeja vacía de abajo una jarra con un vaso de agua para que genere vapor, cerramos el horno y dejamos hornear 15 minutos.
Bajamos la temperatura del horno a 170º ponemos calor arriba y abajo (retiramos la bandeja del agua) y horneamos unos 20 minutos más.
Una vez horneados, extraemos y dejamos enfriar.
Una vez fríos, pintamos con mantequilla derretida y espolvoreamos azúcar.
Listo.