Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook y CEO de Meta, está llevando a cabo un ambicioso (y algo misterioso) proyecto inmobiliario en Hawái. Desde hace varios años ha estado adquiriendo grandes extensiones de tierra en la isla de Kauai, pero lo que está ocurriendo recientemente ha captado la atención del público y los medios: está construyendo mansiones, búnkeres y estructuras de lujo a un ritmo que parece sacado de una película apocalíptica. Y lo más desconcertante: nadie sabe con certeza para qué. ¡Descubre a continuación algunos detalles!

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Mark Zuckerberg y su mujer, Priscilla Chan, comenzaron a comprar terrenos en Kauai en 2014. En total, ya han adquirido más de 6 kilómetros cuadrados de tierra por una suma que supera los 170 millones de euros. La propiedad se extiende por playas privadas, bosques y colinas, y está completamente cercada y fuertemente vigilada. Pero en los últimos meses, las obras de construcción se han intensificado de manera notable, lo que ha levantado sospechas entre los residentes locales.
Uno de los aspectos más llamativos es la escala de la construcción. Se habla de al menos una decena de estructuras, entre ellas mansiones, centros de datos, instalaciones recreativas, granjas de autosuficiencia, e incluso rumores de un búnker subterráneo ultra secreto. Todo esto en un contexto de creciente preocupación mundial por el cambio climático, la inteligencia artificial y la geopolítica. Algunos ya se refieren al complejo como el búnker del fin del mundo.

La gran pregunta es: ¿para qué? ¿Está Zuckerberg construyendo un refugio para él y su familia en caso de un colapso social, una catástrofe climática o una revolución tecnológica fuera de control? ¿O simplemente es un retiro paradisíaco con todo el lujo que el dinero puede comprar? La falta de transparencia alimenta las especulaciones.
Los trabajadores del proyecto están sujetos a estrictos acuerdos de confidencialidad. Las imágenes por satélite muestran actividad constante, y se han reportado vuelos de carga regulares que traen materiales y maquinaria. Todo indica que no se trata de una simple casa de vacaciones.

En entrevistas pasadas, Zuckerberg ha expresado su fascinación con la autosuficiencia y el control total sobre el entorno. En su residencia de Palo Alto, por ejemplo, ha instalado inteligencia artificial personalizada que gestiona desde la iluminación hasta la seguridad. Su visión del metaverso también apunta a un futuro donde la realidad se mezcla con lo virtual, y donde el control de los datos, los espacios y los recursos es crucial.

Para algunos, el proyecto en Kauai representa el último nivel de esa mentalidad: un entorno completamente cerrado, autosuficiente, gestionado con alta tecnología y diseñado para ser impenetrable. No sólo desde el punto de vista físico, sino también social y legal. De hecho, Zuckerberg ha estado envuelto en disputas legales con comunidades nativas de Hawái por la apropiación de tierras heredadas, lo que ha generado críticas sobre la manera en que los multimillonarios ejercen su poder.
Pero, no todo es paranoia. También hay quienes creen que se trata de una inversión de largo plazo, o de un experimento de vida sostenible. Tal vez Zuckerberg está tratando de crear un modelo para futuras comunidades tecnológicas autosuficientes, una especie de versión de lujo de una ecociudad experimental.