Estambul es uno de los destinos que se ha ido popularizando con los años y, además, esta ciudad tan reconocida de Turquía se está posicionando, cada vez más, bajo el término del lujo. Un lugar que los grandes artistas escogen como localización para sus majestuosos shows y las top models lo ven como un lugar de refugio. Entre su amplia oferta destaca un hotel, un espacio apartado con vistas al río, alejado del epicentro de la ciudad y con gran privacidad. Madonna o Naomi Campbell son algunas de las personas que se han alojado ahí. Hablamos de un icono, hablamos del Ciragan Palace Kempinski Istanbul.
Es uno de los pequeños resquicios del lujo en el que vivían los sultanes del Imperio otomano y su esencia sigue viva. El Hotel Ciragan Palace Kempinski Estanbul, es realmente un palacio que se ha reconvertido en un hotel con todas las exclusividades al servicio de los huéspedes, la única construcción de estas características que está ubicada en el estrecho del Bósforo.
Refugio de ‘celebrities’
Su construcción se completó en 1871, con una estructura de madera de estilo clásico y una fachada sostenida por 40 columnas. Sin embargo, se quemó en 1910 y no fue sino hasta 1991 cuando, ya restaurado, abrió como un hotel de la cadena Kempinski. Un hotel que lleva más de tres décadas guardando historias en sus paredes y viendo pasar a grandes artistas de la talla de Madonna, Naomi Campbell, Oprah Winfrey o Justin Timberlake, entre otros muchos.
El exterior de este hotel de Estambul está marcado por la opulencia de un palacio, y esto se refleja sobre las grandes escalinatas que hay para acceder al especio. Además, para todos aquellos que requieran privacidad, es posible llegar en barco e incluso cuentan con un helipuerto privado.
Suites con vistas inmejorables
Este impresionante espacio cuenta con una inspiración en la que Oriente se encuentra con Occidente y fusiona el glamour con la tradición histórica. El palacio de un sultán con las amenidades más selectas del presente, ofrece 310 habitaciones, entre las que se encuentran 11 majestuosas suites, con diferentes vistas. Nada comparable a los otros hoteles de la ciudad.
Si te quieres alojar en la misma estancia en la que se quedó Madonna, no tienes más que pedir la suite sultán. Un amplio espacio que te deja sin palabras y que es la más impresionante del Hotel Kempinski Estambul, además de ser una de las más grandes y caras del mundo. Mide casi 400 metros cuadrados y tiene unas increíbles puertas, ventanales que van del suelo al techo, dos chimeneas decorativas, candelabros, columnas y réplicas de obras de arte de Fausto Zonaro, pintor italiano del palacio original.
Con el mobiliario han querido conservar piezas del Imperio otomano, repletas de historia y personalidad. Por supuesto, cuenta con servicio de mayordomo privado las 24 horas, además de tener experiencias sensoriales dedicadas al cuidado personales que hace vivir la esencia de la ciudad y la historia de este icónico hotel de Estambul.
Un espacio ameno y privado
En un lateral de la construcción, podemos encontrar una amplia piscina para el disfrute de los huéspedes, además de unos amplios jardines por los que poder pasear, mesas donde poder disfrutar de un cóctel viendo el atardecer. También encontramos un coqueto espacio donde poder cenar a orillas del río, bañado todo por las luces nocturnas que rodean este hotel de Estambul.