Te invitamos a descubrir Granada desde una perspectiva única. Puede que sólo unos pocos puedan permitírselo, pero estas experiencias son de esas que valen la pena vivir al menos una vez en la vida. En el puente de noviembre, Granada se viste de gala convirtiéndose en la favorita de los que buscan una mezcla perfecta de historia, buen ambiente y naturaleza, donde cada rincón cuenta una historia y cada experiencia se convierte en un recuerdo imborrable. Desde los ecos del flamenco que resuenan en Sacromonte frente a la Alhambra a las direcciones que fueron frecuentadas por Ava Gardner y Michelle Obama, pasando por un viaje en globo para contemplar la ciudad desde las nubes. Te aseguramos que esta escapada es tan cautivadora como un verso de Federico García Lorca pues, al fin y al cabo, qué es Granada sin la poesía. Estos son los planes más top para una escapada de tres días de nivel.
Experimentar la elegancia y el confort en uno de los hoteles más emblemáticos de Granada, eleva la experiencia. El recién inaugurado Meliá Granada es la opción perfecta para viajar al pasado mientras disfrutas il dolce far niente.
Este exclusivo establecimiento de Meliá Hotel & Resorts ha sido reformado y está situado en el histórico Palazzo Generali, un edificio que data del siglo XIX, en la icónica Calle Ganivet, en pleno corazón de la ciudad.
El Meliá Granada tiene 181 habitaciones, de las cuales 71 son de lujo, cada una diseñada para brindar una estancia inolvidable. La suite más exclusiva, con un precio que puede alcanzar los 1.000 € por noche, destaca por su sofisticación y una amplia terraza con privilegiadas vistas a la Alhambra.
Aquí puedes disfrutar del distintivo servicio VIP de Meliá Hotels & Resorts, que incluye atención personalizada y acceso a un lounge privado. Ubicado en la última planta, el The Level Lounge cuenta con una impresionante terraza al aire libre. Desde este rincón privilegiado, se puede contemplar un paisaje que abarca la Catedral, la Alhambra, los barrios del Albaicín y el Sacromonte, así como las majestuosas montañas de Sierra Nevada.
Dina Salazar Guerrero, Guest Experience Manager de Meliá Granada, podrá diseñar tu experiencia en la ciudad según tus gustos y preferencias, y esta guía que te mostramos a continuación es una muestra de ello.
Día 1: primeros sabores de Granada contemplando la Alhambra
Una vez instalado en Meliá Granada, es hora de degustar la rica gastronomía granadina. Para ello no hace falta salir del hotel, pues aquí se encuentra el restaurante Ola 1971, que está inspirado en el restaurante original en la playa Puerta del Mar. Su especialidad son los pescados y el mariscos, elaborados con lo mejor del producto local: no te pierdas la ensalada de tomate corazón de buey y el lomo de lubina a la brasa. En el all day dinning Pecorino encontrarás platos más internacionales.
Después de una comida reconfortante, toca bañarse en el pasado y nada mejor que visitar la fábrica de cerámica Fajalaouza. Tiene sus raíces en el siglo XVI, cuando la producción de cerámica se consolidó en la región. Hoy en día, continúa siendo un referente pues en Zara Home puedes encontrar una colección que ha salido de esta fábrica, así como algunas de las piezas que adornan las habitaciones del hotel Meliá Granada. Así que, te advertimos: de aquí es imposible salir sin un jarrón elaborado por artesanos ceramistas como Manuel España quien, además, no dudará en enseñarte contarte cómo preserva técnicas tradicionales.
Al caer la tarde, un paseo por las calles empedradas es obligado. Desde los altos muros de la Alhambra hasta las estrechas callejuelas del Albaicín, la ciudad se despliega como un poema. Contemplar la Alhambra desde el mirador de San Nicolás es impresionante, pero mucho más si lo haces mientras cenas en el restaurante Estrella de San Nicolás, pues tiene unas vistas increíbles.
Día 2: viaje en globo y visita privada a la Alhambra
Volar en globo es de esas experiencias que hay que hacer al menos una vez en la vida. La aventura comienza al amanecer, cuando el cielo se tiñe de tonos dorados y anaranjados, creando un paisaje mágico. Desde las alturas, se contempla Sierra Nevada, el Castillo de Calahorra, las casas cueva de Guadalix… El silencio del aire, interrumpido sólo por el susurro del viento y el sonido del quemador, te invita a la introspección y a disfrutar de la tranquilidad del momento.
De vuelta en tierra firme, desayuno en la almazara de Juanma Jiménez, que data del siglo XVI y aún conserva las herramientas de la época.
Para comer, te recomendamos Lemon, un lugar que antiguamente fue un palacio y es el lugar de referencia de los granadinos pues tiene diferentes espacios donde, además de comer, puedes tomarte una copa y escuchar música en directo.
Por la tarde, recorre el Paseo de los Tristes, un emblemático camino que ofrece algunas de las vistas más icónicas de la ciudad, y visita la Alambra al atardecer (sólo está disponible los jueves y viernes). Hay aún una visita más exclusiva que esta, fuera del horario de apertura al público, para ver los Palacios Nazaríes y el Generalife de manera totalmente privada, su precio asciende a 4.500 €.
Termina la noche granadina en La Tana, el bar de tapas que se encuentra entre los 15 mejores del mundo. Cocina tradicional y una selección de vinos locales que destacan la riqueza de la tierra andaluza. Está en el barrio del Realejo, a tan sólo cinco minutos del hotel Meliá Granada. Eso sí, hay que reservar como mínimo con dos semanas de antelación.
Día 3: tras los pasos de Ava Gardner en Sacromonte
No puedes marcharte de Granada sin visitar Sacromonte, originalmente Valparaíso, famoso por sus cuevas y su herencia flamenca. Aquí, el arte se respira en cada rincón. Sus callejuelas empedradas nos llevan a descubrir la vida de sus gitanos, sus tradiciones y su música.
Para sentir el flamenco en todo su esplendor, visita la Cueva la Rocío, la misma en la que estuvo Michelle Obama y leyendas de Hollywood, como Ava Gardner quien, según cuentan los locales, le gustaba ver la zambra desde la cama.
Cruzarte con Alfredo Lombardo entre sus calles está más que aseguro. El poeta de Valparaíso no dudará en recitarte alguna de sus poesías. Y es que, en Granada, como decíamos al comienzo, es arte en estado puro.
De vuelta al hotel para coger las maletas, haz una parada en La Cueva de 1900 junto a la Iglesia de Santa Ana, al comienzo de la Acera del Darro. El suelo de cristal desvela parte de la muralla recordándote el pasado de este lugar.
No podemos poner punto y final a este reportaje sin recomendarte también cómo llegar a esta ciudad de la manera más sostenible y poética posible: en tren. Como Lorca describió en algunas de sus prosas, observar el mundo que cambia fuera de la ventana es tan mágico como la ciudad en sí misma que vas a visitar. Tal es así que Meliá y Renfe han creado un programa de puntos para todos aquellos que se alojen en cualquier hotel de la cadena donde operen los trenes de largo recorrido.