Las Islas Dálmatas en Croacia son un bonito rincón del paraíso mediterráneo que brilla con su belleza natural. Aunque el verano es la temporada alta para los viajes a esta región, el otoño ofrece una experiencia igualmente cautivadora y bastante menos concurrida. En estos meses, el clima es muy agradable en Croacia, el país de las mil islas, y traen consigo un paisaje encantador con colores cálidos, donde los viñedos y árboles frutales se tiñen de ocre. Viajamos hasta Hvar y Korčula, el escenario perfecto para disfrutar del Veranillo de San Miguel (que parece se va alargar más que otros años).
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Hvar, la joya del Adriático
En catamarán o helicóptero se puede acceder a esta joya del Adriático desde Split. Esta isla destaca por su casco antiguo, con calles empedradas, plazas históricas y una fortaleza con vistas al mar. Aquí, en pleno paseo marítimo, se halla el hotel Moeesy.
Imprescindible disfrutar de su vida nocturna y dejarse caer por Mediterraneo Dine & Wine. Sobre su fachada cuelga el cartel de restaurante recomendado por la Guía Michelin.
En la bahía Maslinica se encuentra uno de los hoteles más zen de la isla cuya filosofía se basa en el Mindful Luxury. En Maslina Resort, las habitaciones, suits y villas se fusionan con la naturaleza.
La playa de Dubovica o la tranquila playa de Milna son de visita obligada, al igual que las islas Pakleni, un archipiélago cercano con playas apartadas y aguas cristalinas.
Korčula, la famosa isla de Marco Polo
Desde Hvar a Korčula tan solo se tarda unos 50 minutos en barco. Cuentan que esta isla se salvó de ser destruida en la II Guerra Mundial porque el capitán que pilotaba el avión que iba a bombardearla se enamoró de ella al verla desde las alturas.
Pero realmente esta isla por lo que es mundialmente conocida es por su conexión con Marco Polo. Aunque no hay documentos que lo corroboren, dicen que el famoso explorador nació en la ciudad de Korčula en 1254 y que desde aquí inició la ruta de la seda.
Las calles del casco antiguo están dispuestas en un patrón de rejilla, lo que hace que sea difícil perderse. La ciudad está rodeada de murallas y fortificaciones, y cuenta con hermosas iglesias, plazas y casas de piedra.
Lesic Dimitri Palace es uno de los hoteles más emblemáticos que sí o sí hay que disfrutar si vienes a la isla. Su historia se remonta al siglo XVII y está totalmente renovado, cada suite es un pequeño homenaje a cada etapa del viaje de Marco Polo hacia China.
Korčula también es conocida por su producción de vino y en esta época del año, en plena vendimia, recomendamos ir a ver alguna de sus bodegas, como la de Bire Winery que se encuentra en Lumbarda, y, por su puesto, hacer una cata.