No es demasiado difícil dejarse llevar emocionalmente en una discusión o situación de tensión. Es muy comprensible que nos sintamos amenazados, que tengamos que ceder algo que no queremos, que perdamos nuestro punto de vista, nuestra forma de ver las cosas. Como consecuencia, nuestro cuerpo y nuestra fisiología reaccionan de una determinada forma accionando nuestro sistema parasimpático nervioso. Lo podemos considerar una reacción absolutamente normal. Pertenece a un comportamiento primario donde una vez accionados los distintos parámetros emocionales de respuesta, nuestro flujo sanguíneo aumenta, los músculos se tensan y nuestro ritmo de respiración se acelera. De esta manera, hace que nos empecemos a encontrar en un estado de alteración y excitación nerviosa. En este artículo aprenderás cómo controlar estas situaciones a través de tus emociones.
¡Concluimos que en ningún caso lo descrito pueda ser un comportamiento o respuesta que pueda resolver un conflicto o situación de tensión!
Proceso de ‘hiperalerta’ emocional
Si nuestro organismo entra en Hiperalerta y nuestra “amígdala” secuestra las funciones de nuestro Córtex Pre Frontal, según los estudios del profesor Dan Goleman, perderemos nuestra racionalidad a la hora de pensar en las posibles respuestas. Y justamente “racionalidad” es lo que se requiere ante las posibles respuestas ante un conflicto, discusión o situación de tensión ya sea laboral, relación social, afectiva etc…
Las Neuronas Espejo influyen en el comportamiento humano con especial mención a edades muy tempranas, infancia y adolescencia. Pero en el caso que nos ocupa, dichas neuronas harán que la parte contraria, es decir, la otra parte actora del posible conflicto, accionando las mismas neuronas “capte”, a través de nuestra comunicación no verbal, todas las emociones que estamos sintiendo en esos momentos.
Así crea en la otra persona un escenario idéntico al nuestro, haciendo que la tensión del momento gane puntos en negativo y se cree una tensión aún mayor por el contagio emocional de nuestro estado.
Einstein dijo que “¡ningún conflicto puede ser resuelto en el mismo estadio en el que fue creado!”
Por suerte, existen métodos para revertir ese proceso de ‘hiperalerta’ emocional. Gestionar nuestras emociones, ejercitar calma en el momento preciso y bajar nuestro tono emocional al punto necesario para dar respuesta en tiempo y forma adecuada a la situación que estamos viviendo.
Aquí algunas sugerencias.
Momento Mindful
Simples técnicas de Mindfulness pueden convertirse en nuestros mejores aliados regulando nuestra respiración.
Cuando nos encontremos en un momento de tensión que requiera una respuesta adecuada es conveniente concentrarse durante un pequeño instante en nuestra respiración. Basta con realizar 4 respiraciones profundas para que nuestro organismo tenga sensación de relajación, sin perder el tono emocional necesario en un momento de tensión. Dichas técnicas de respiración concentrada en breves momentos ayudan a que la “amígdala” (nuestro sistema de alerta, control emocional y comportamiento) se relaje y le vuelva a dar protagonismo a nuestro Córtex Pre frontal y retomar el control de nuestros pensamientos y de nuestra posible acción.
Una de estas técnicas de respiración es utilizada en los entrenamientos de las fuerzas especiales del ejército de los EEUU. Donde en momentos de alta tensión, incluso peligro de muerte inminente en situación de guerra, esta práctica ayuda a equilibrar la mente y calmarla para poder volver a pensar con claridad y dar respuesta adecuada a la situación de tensión. Se denomina: respiración en cuadrado. Os la explico mediante estos gráficos sencillos:
Para que tengáis una pequeña referencia tipo y poder controlar vuestro nivel de respiración y así determinar en que estado os encontráis, os dejo esta pequeña guía para vuestro control personal:
Nota: no incluye estados en ejercicio, deporte, atletas, niños etc… solo adultos en estado de reposo o actividad normal diaria sin ninguna patología o enfermedad.
De 3 a 6 respiraciones por minuto. RELAJADOS, MEDITACION
De 7 a 12 respiraciones por minuto ESTADO NORMAL
De 12 a 20 respiraciones por minuto ESTADO NORMAL-ALERTA
De 20 a 27 respiraciones por minuto ESTADO HIPER ALERTA
Digamos que en un adulto normal la media debiera ser entre 10 y 12 respiraciones por minuto. Los atletas en alta competición pueden llegar entre 50 y 60 respiraciones por minuto.
Concentrarse en nuestras sensaciones corporales
Todo nuestro cuerpo es un sensor de emociones. Por tanto, juega un papel esencial el cómo nos sentimos en un momento de tensión. Si estamos sentados en una mesa de negociación, ante una discusión, es conveniente que sintamos nuestro cuerpo; quizá una buen método es sentir nuestros pies bien “anclados” en el suelo. Nos dará sensación de fundamento, de estar bien posicionados, será solo un momento adquirir sensación de presencia, quizá la situación permita levantarse y moverse en el lugar, concentrarse un momento en los dedos de las manos y contar 5 y 5 en cada mano, distrae en un instante y nos ayuda a calmar el momento tenso.
Darse un momento
Cuanto más tiempo le demos a nuestras emociones para adaptarse al estimulo que estamos recibiendo, ¡menos intensidad percibiremos de las mismas! El neurólogo Viktor Frankl dijo: “ el tiempo que pasa entre el estimulo y la respuesta, es nuestra libertad”.
Con elegancia y educación uno siempre puede elegir el momento para sentirse “indispuesto”. Es decir, ¿Perdón donde esta el baño? O, ¿me podría tomar un vaso de agua? En ese instante se esta creando un “tiempo neutro”, un espacio entre el estimulo y la respuesta que obedece a un tiempo de reflexión y libertad de pensamiento que solo nos traerá beneficios. Debemos tener en cuenta que, casi con total seguridad, la otra actor/a/res/ras del conflicto tendrán también su momento intenso cargado de emociones ¡al igual que tu! El break que esto supondría también sería beneficioso para la otra parte.
La gestión eficaz de nuestras emociones contribuye a que nuestras relaciones personales sean más amables y al mismo tiempo más eficientes. Es sustancial adquirir hábitos de control emocional para dar respuestas adecuadas en momentos de tensión y conflicto. Un mejor “management” de situaciones personales y laborales, sociales y personales, configurando nuevos patrones de respuestas.
¡Somos emociones!