Una de las expresiones más comunes del refranero es que cuando algo va bien, se dice que va sobre ruedas. ¿Qué pasaría entonces si aplicamos esta misma filosofía a los viajes por carretera? Incluso la guía Michelin, que hoy reconoce los mejores restaurantes en el mapa, comenzó como una guía de viajes por carretera para visitar diferentes puntos. Cada época del año ofrece unas vistas únicas a través de la luna del coche y te sorprenderá descubrir todos los destinos a los que puedes llegar por carretera partiendo desde España.
- Las mejores carreteras para disfrutar en nuestro descapotable de la bella Turquía
- Tres escapadas desde Madrid para realizar en coche para comer y dormir
De Galicia a Portugal
El secreto de esta ruta: la gastronomía y los castillos. Dos aspectos que nos dejan como punto de partida la costa gallega y la fama del marisco atlántico, para hacer una primera parada en Santiago de Compostela, donde puedes explorar su famosa catedral y el casco histórico.
La ruta continúa hacia Vigo, para llegar hasta Portugal, camino a Oporto. De aquí nos quedamos con dos visitas, la primera, en la primera mitad del trayecto, a las Islas Cíes. Un archipiélago gallego formado por tres islas que ubica uno de los parajes con mayor encanto del norte de España. Y, la segunda, Melhides, una pequeña población de la costa de Alentejo conocida por albergar el refugio de una larga lista de celebrities.
Para los apasionados de la gastronomía y el vino, la siguiente parada obligatoria es Oporto. De ahí continúa el camino hasta el encanto de Coímbra y detente a conocer la Biblioteca General de la Universidad de Coímbra. Uno de los principales atractivos del lugar. El viaje termina en Lisboa, disfrutando de su gastronomía y de la arquitectura de sus barrios icónicos, como Alfama y Belém.
La Costa Brava
El mejor momento para hacer esta ruta es, sin duda, durante los meses de abril y mayo. Cuando todavía no ha llegado al punto de alta ocupación y pueden verse y disfrutarse las calas de una forma única. Empieza el viaje en Tossa del Mar para ir hasta Sant Feliu de Guíxols, donde poder hacer una de sus rutas menos conocidas y con mayor atractivo: Camí de Ronda, un precioso camino a pie de costa que conecta pequeñas calas.
Al continuar la ruta por carretera y llegar a la bahía de Pals, visitar las Islas Medas y las calas de la zona, el destino ideal lo encontrarás en Peratallada, conocido por el encanto medieval que despiertan sus calles. Las últimas paradas del camino, hasta llegar al norte de la Costa Brava, deben tener en el mapa apuntados si o si paradas como Cala Taballera, en Port de la Selva. A esta hay que llegar andando, puesto que su ubicación tan recóndita encierra el encanto salvaje de la ubicación. Y el monasterio de Sant Quirze de Colera, con unas espectaculares vistas al Pirineo. Sin olvidar, como no, Cap de Creus.
Los Pirineos
Los meses de octubre y noviembre dejan en los Pirineos uno de los paisajes más espectaculares para hacer por carretera. Todavía no han caído las primeras nevadas, pero el paisaje alpino ya empieza a dejar sus huellas.
El viaje comienza en el Pirineo catalán con una primera parada en el pueblo de Tahull, uno de los puntos con mayor encanto del Vall de Boí. Desde ahí la ruta continúa hasta llegar al Valle de la Orodesa, una de las paradas dentro de la guía de Parques Nacionales obligatoria, que también se alza con el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las visitas históricas continúan por Canfranc, donde visitar la antigua estación de tren, reconvertida en un hotel de lujo. Y Formigal, que fuera temporada es perfecto para poder visitar los ibones en las rutas de montaña.
No hay que perder la oportunidad de cruzar los Pirineos para conocer los pueblos del sur de Francia. Incluso, para poder hacer una escapada a la Boutique de Lindt en el pueblo de Olorón, una visita obligada si recorres la zona.
Costa Amalfitana
Es uno de los destinos estrella del 2025. Algo que no nos extraña si tenemos en cuenta que aúna paisaje, historia y gastronomía. La ruta comienza en Nápoles, con salida desde Mallorca, la ciudad más grande de esta costa de Italia y una de las grandes paradas, donde sus calles y sus vecinos todavía conservan viva la esencia de la Italia auténtica. Desde Sorrento y sus espectaculares vistas al Vesubio, el paisaje cambia para dar paso a los icónicos paisajes de limoneros – tan característicos de esta región.
Continúa la ruta por la costa hasta llegar a Positano. Probablemente una de las paradas más atractivas de la ruta. Este pueblo es perfecto para conocer todo el encanto de la costa, ya que no alberga tanto turismo como la siguiente parada. Además, aquí deberás visitar la Chiesa di Santa Maria Assunta, una iglesia con una cúpula cubierta. Continúa hasta Amalfi y dedica una parte de la visita a conocer Ravello. Uno de los pueblos más codiciados por las estrellas de Hollywood como lugar de retiro, donde poder dedicar un momento de calma a conocer los lugares menos turísticos de la región. A poder ser, asómate a las impresionantes vistas de los jardines exteriores de Villa Cimbrone. Última parada: Maiori, el mejor punto y final para relajarte en las playas desconocidas de la región.
Cerdeña
Quizá suene extraño pensar en hacer una ruta por carretera en una isla, pero a veces aventurarse a coger un Ferry y recorrer una de las costas más codiciadas del mediterráneo puede ser una auténtica aventura. El mejor destino para la temporada de verano, donde las playas de arena blanca y agua cristalina son un motivo en sí para ir a visitar la isla italiana. La llegada a Porto Torres, al norte de la isla, permite que las primeras paradas sean dos de las ubicaciones más icónicas de Cerdeña. Primero, Alghero, una ciudad costera con arquitectura medieval. Segundo, Olvia, donde disfrutar de su mercado al aire libre durante la temporada veraniega.
El recorrido desciende la costa este de la isla para poder visitar el encanto de las perlas del Mediterráneo. Imprescindible en este punto dejar a un lado la carretera para visitar la abrupta costa desde el barco, en excursiones que parten de Cala Gonone. Continúa la senda hasta la última parada antes de la vuelta: Cagliari. El mejor punto en este lugar es perderse por las calles del casco histórico y degustar todas y cada una de las recetas tradicionales del lugar.