La pureza y espiritualidad del clasicismo barroco de Guido Reni marcó un antes y un después en el mundo del arte de mediados del s.XVII. Comprender su realismo basado en el dibujo natural va más allá de su técnica, es acariciar su sensibilidad. El Museo de El Prado exhibe casi un centenar de obras del artista boloñés, incluido ‘El Triunfo de Job’, un lienzo de 4,15 metros de altura que se salvó del incendio de Nôtre-Dame, o la ‘Inmaculada Concepción’ que hasta ahora se exhibía en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Sin duda, esta es una oportunidad única para los amantes del arte.
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Guido Reni, la alternativa a Caravaggio en su época
En palabras del propio director del Museo de El Prado, «Guido Reni es uno de los más grandes del barroco, la alternativa a Caravaggio en su época».
El artista se formó con el flamenco Denys Calvaert, pero pronto se cambió a la academia Carracci, cuyo nuevo estilo revitalizó el legado de Rafael, Correggio y los grandes venecianos con un realismo basado en el dibujo natural. En 1601, Reni se mudó a Roma y en su primer encargo, ‘La Crucifixión de San Pedro’, adoptó un estilo caravaggesco, entonces muy de vanguardia».
La exposición, que estará abierta hasta el mes de junio, es la más extensa de Guido Reni hasta la fecha. Uno de los mayores atractivos es, sin duda, ‘El Triunfo de Job’, la obra que se salvó del incendio de la catedral de Nôtre-Dame en 2019, pues es la primera vez que se exhibe tras la catástrofe.
Obras menos tenebrosas de su última etapa
Otras de las obras más deseadas de contemplar por los amantes del arte es ‘Cleopatra’, cedida por The Royal Collection de Londres, también ‘Dibujo y color’, procedente del Musée du Louvre de París y ‘Magdalena penitente’ de Galerie Nazionale d’Arte Antica di Roma.
También se exhiben obras de su última etapa, cuando Reni aligeró su paleta y su técnica a favor de pinturas menos tenebrosas.